Mercado financiero: G20 y claves para la próxima semana

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“Estamos bajo presión”

El 1 de diciembre está programada una reunión de los presidentes de EE. UU. y de China, en paralelo a la cumbre del G20 en Buenos Aires (Argentina), donde hablarán de las políticas de comercio internacional y sobre si las dos mayores economías del mundo pueden solucionar sus difer­encias. Las pérdidas causadas por su disputa son cada vez más palpables y extendidas: en torno a un 2,5% de las importaciones mundiales ya ha resulta­do afectado y, a medida que la economía global se va desacelerando, los países que dependen del comercio se han visto bajo presión. El descenso re­ciente de los pedidos mundiales de exportaciones de productos manufacturados apunta a más difi­cultades futuras.

La reunión de Buenos Aires podría desembocar en tres posibles resultados: (1) un acuerdo para poner fin a la guerra comercial, (2) un acuerdo temporal para acelerar las negociaciones y detener la escala­da de medidas o (3) un punto muerto. El mercado se alegraría de las dos primeras opciones, pero la tercera parece más probable. Al presidente Xi podría costarle hacer realidad sus ambiciones es­tratégicas a largo plazo si accede a los cambios de política industrial que exigen los estadounidenses.

La desaceleración de la economía mundial es uno de varios factores que han contribuido a frenar el precio del petróleo. Otros desencadenantes son el aumento de la oferta de la OPEP antes de la entrada en vigor de las sanciones a Irán, la posibilidad de un levantamiento inesperado de algunas sanciones, el aumento de las existencias/producción de petróleo de EE. UU. y una apreciación del dólar estadouni­dense (véase el Gráfico de la semana). Desde el punto de vista económico, si bien un petróleo más barato contendrá la inflación y la inversión energéti­ca, por otra parte, debería de favorecer el gasto de consumo. En la reunión de la OPEP del 6 de diciem­bre podrían proponerse recortes de la producción.

Claves de la próxima semana

Aparte las próximas reuniones internacionales, hay una serie de acontecimientos económicos previstos. En la próxima semana, se sabrán los datos de Alemania de confianza empresarial (lunes), confi­anza de los consumidores (martes) y el desempleo e inflación (jueves). La economía alemana se contrajo en el tercer trimestre en un clima de debilidad de los sec­tores automovilístico y de comercio minorista. Mientras que la tasa de paro está en mínimos históricos, se han ido acu­mulando las presiones sobre los precios y la confianza empresarial se ha deteriorado.

En Asia, se prestará atención a Japón y China. Japón se en­frenta a una situación no muy distinta de la de Alemania. Ambas economías dependen de las exportaciones, ambas tienen un bajo nivel de desempleo y una inflación al alza y, como en Alemania, la economía nipona se contrajo el pasado trimestre. Los próximos datos arrojarán luz sobre si se trató solo de una caída puntual, con los anuncios previs­tos de los datos de ventas minoristas, producción industrial y pedidos de construcción (jueves y viernes). En China, tal vez el país más afectado por las tensiones comerciales, los inversores sabrán los datos de los sectores manufacturero y de servicios (viernes). Ambos se han deteriorado en los últimos meses, y el manufacturero en particular se ha acer­cado a una contracción.

Al otro lado del océano Pacífico, el antagonista de China en la guerra comercial, los EE. UU., parece estar en buena forma. Las estimaciones de consenso apuntan a una acel­eración de la actividad económica nacional (lunes), una confianza de los consumidores que se modera, pero aún a un nivel elevado (martes), una revisión al alza del PIB del tercer trimestre (miércoles), una recuperación de las ventas de viviendas nuevas (miércoles) y aumentos de la renta y el gasto personales (jueves). En el acta de la última decisión de la Reserva Federal seguramente constará la gran for­taleza del mercado laboral, en un entorno de aumento gradual de las presiones de precios (jueves).

Desde el punto de vista técnico, cada vez parece menos probable un avance de la bolsa para finales de año, ya que los flujos pasivos impulsan la volatilidad del mercado a la baja. Aunque los inversores parecen relativamente tranqui­los, la presión de ventas reciente supone un riesgo para las tendencias a más largo plazo establecidas y la mentali­dad de «comprar en las caídas». Estamos vigilando si las condiciones de sobreventa a corto plazo podrían señalar un giro de tendencia.

Esperando que no sucumban a la presión, y se mantengan firmes, si esto no les deja dormir, la recomendación es salirse del mercado y estar en completa liquidez.

La desaceleración de la economía mundial es uno de varios factores que han contribuido a frenar el precio del petróleo.

EUROPA

Las Bolsas en Europa se estancan, en medio del nuevo desplome del petróleo, hundido a mínimos del año, y después del varapalo sufrido en la Bolsa de Shanghái. En una jornada semifestiva en EE. UU., el Ibex se atasca por debajo de los 9.000 puntos, y ahonda sus caídas en la semana. Repsol y otros valores ligados a las materias primas vuelven a estar bajo presión

Los mercados financieros afrontan la última jornada de la semana con múltiples frentes abiertos. Gran parte de los focos están puestos en la cumbre europea del domingo que podría aprobar el acuerdo sobre el Brexit pactado con Theresa May. La sesión de ayer disparó las expectativas de que salga adelante, a pesar de las reticencias de países como España y de parte del Gobierno británico.

Entre sus múltiples efectos en los mercados destaca el rebote propiciado durante la semana en las divisas europeas. A la espera del desenlace de la cumbre del domingo, el euro baja de los 1,14 dólares, y la libra se frena en los 1,28 dólares, después de haber registrado mínimos esta misma semana de 1,276 dólares.

Las divisas y el resto de los mercados financieros se mantienen en guardia además ante las novedades que puedan surgir de cara a la cumbre que tendrá lugar una semana después, la del G20, y que incluirá como cita destacada el encuentro entre los máximos mandatarios de EE. UU. y China. En las últimas semanas los mercados han especulado con la posibilidad de que EE. UU. y China acerquen posturas de cara a la posible rúbrica de un acuerdo comercial en la reunión entre Donald Trump y Xi Jinping. El resurgir de las dudas sobre el fin de la guerra de aranceles agrava los temores a una desaceleración económica en China, y la Bolsa de Shanghái ha cerrado hoy con una caída del 2.5%.

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La inquietud por el freno de la economía global y las caídas se repiten en otro foco de inestabilidad en las últimas jornadas, el mercado del petróleo. Las ventas se aceleran de nuevo, y el barril de Brent se hunde hasta bajar por primera vez desde octubre de 2017 de los 60 dólares. Sólo en la semana pierde cerca de un 10%. En menos de dos meses, desde los máximos de comienzos de octubre, supera el 30% de desplome. El barril tipo West Texas, de referencia en EE. UU., se desinfla hasta los 51 dólares. Los inversores continúan deshaciendo posiciones a falta de dos semanas para la cumbre de la OPEP que podría aprobar un recorte de la producción superior al millón de barriles diarios. El aumento a niveles récord del bombeo en países como Rusia y EE. UU. y las incertidumbres económicas mantienen sin embargo la previsión de un exceso de suministro.

Las Bolsas europeas cotizan sin grandes cambios, a la espera de las referencias atípicas que aportará hoy Wall Street. Después del festivo de ayer, hoy sólo abrirá durante media hora. Los principales índices apuntan ligeramente a la baja en la Bolsa de Nueva York, en un día especial para el comercio por la celebración del ‘Brack Friday’.

La jornada refleja un comportamiento desigual en las empresas automovilísticas. Renault cotiza al alza en busca de apuntalar su remontada tras el desplome provocado por el arresto de Carlos Ghosn, mientras que Volkswagen sufre en la Bolsa de Fráncfort con la sentencia que obliga a la compañía a reembolsar el precio íntegro de un vehículo Golf Plus por el escándalo de las emisiones. Las empresas de redes de telecomunicaciones Ericsson y Nokia cotizan al alza, con los inversores atentos a las repercusiones que podrían tener los recelos que provoca en el Gobierno de EE. UU. el auge en el sector de la china Huawei.

Los bancos italianos buscan una tregua en una jornada en la que la prima de riesgo de Italia consigue por momentos bajar de la barrera de los 330 puntos básicos. Las esperanzas de una distensión entre el Gobierno italiano y Bruselas han frenado las ventas de deuda pública italiana. En España, la prima se modera hasta el entorno de los 125 puntos básicos, con el interés exigido al bono a diez años por encima del 1,6%.

Las Bolsas europeas cotizan sin grandes cambios.

ESTADOS UNIDOS

Qué la renta variable estadounidense viaja en los plazos más amplios de la tendencia en subida libre es un hecho, y que está soportada, otro. Y es que darle la vuelta, aunque sea solo para entrar en fase de reacción/ajuste/corrección a semejante monstruo no es tarea fácil.

Sin embargo, y desde zona de giro potencial, que recordemos, viene determinada por la vuelta del índice de semiconductores del Filadelfia a los altos del año 2000 han acontecido determinadas situaciones técnicas que van más allá de si el S&P 500 supera o perfora su media de 200 sesiones y es que esto del análisis técnico es un poquito más serio que todo eso…

El conjunto de divergencias inter-índices por teoría de Dow es notable. A saber: entre los propios índices tradicionales (S&P 500 respecto al DJIA), entre los mismos índices tecnológicos (Nasdaq 100/Composite respecto al Índice de semiconductores de Filadelfia, y entre los tradicionales y tecnológicos.

Por primera vez tras 32 meses y tras la vela mensual de octubre los cinco principales índices de renta variable estadounidenses han cerrado en convergencia (todos) por debajo de los mínimos de la barra/vela mensual del mes previo. Y esto también es inquietante, pues es el primer indicio técnico serio de inicio de fase de reacción/ajuste a todo el tramo alcista previo, el que nació en febrero de 2016.

Nasdaq 100 mensual

Pero como les hemos dicho, los soportes siguen vigentes. Esos soportes clave se encuentran en los mínimos de febrero de este año. Hablamos de los 23340, 2530, 6160, 6630 para DJIA, S&P 500, Nasdaq 100 y Nasdaq Composite respectivamente y 1115 puntos tras la dilatación por debajo de los 1200 puntos para el Índice de Semiconductores de Filadelfia respectivamente (SOX). Y esto es un verdadero problema, aunque puede parecer paradójico.

En Wall Street, no habido si quiera corrección. De hecho, no ha pasado nada. Aún. Y sin haber pasado nada, entendiendo como tal que esos soportes se perdieran y las bolsas corrigieran, las caídas (desde altos anuales, que lo son de todos los tiempos) en determinados valores han sido ciertamente importantes: Facebook (-40%), Amazon (-30%), Apple (-24%), Netflix (-40%), Google (-22%). Las conocidas FANNG.

Si los soportes de los índices se perdieran siempre llegaríamos tarde para actuar en los valores. Por eso decimos que es un problema. Si hubiere corrección es porque los valores habrían girado antes y sería la consecuencia de esos indicios técnicos mencionados. Lo decimos por aquello de indexarse…Y es que el tema se ha complicado muchísimo.

PETRÓLEO

Sin duda el tema de conversación más apremiante entre los ministros de petróleo en la reunión de la OPEP que se celebra el 6 de diciembre en Viena, Austria, será la repentina caída de los precios del petróleo en octubre y noviembre. Tras un descenso de casi un 8% la semana pasada, los precios del petróleo siguieron bajando el martes.

La inquietud por el freno de la economía global y las caídas se repiten en otro foco de inestabilidad en las últimas jornadas, el mercado del petróleo. Las ventas se aceleran de nuevo, y el barril de Brent se hunde hasta bajar por primera vez desde octubre de 2017 de los 60 dólares. Sólo en la semana pierde cerca de un 10%. En menos de dos meses, desde los máximos de comienzos de octubre, supera el 30% de desplome. El barril tipo West Texas, de referencia en EE. UU., se desinfla hasta los 51 dólares. Los inversores continúan deshaciendo posiciones a falta de dos semanas para la cumbre de la OPEP que podría aprobar un recorte de la producción superior al millón de barriles diarios. El aumento a niveles récord del bombeo en países como Rusia y EE. UU. y las incertidumbres económicas mantienen sin embargo la previsión de un exceso de suministro.

A mediodía, el petróleo del WTI ya había perdido un 7% y el Brent casi un 8%. Ambos petróleos de referencia han perdido ya casi la totalidad de los logros alcanzados durante el año. Sin duda, ni un solo país miembro o no miembro de la OPEP está contento con el descenso de ingresos.

Por otro lado, la repentina caída de los precios ofrece una nueva ventaja a los líderes de la OPEP que han expresado su deseo de reducir la producción en las últimas semanas. Arabia Saudí, por ejemplo, puede utilizar ahora la caída de los precios como argumento de por qué otros países de la OPEP deberían ponerse de acuerdo para frenar la producción de petróleo y atenerse a las reducciones. Los bruscos descensos de precio no hacen más que contribuir al argumento de Arabia Saudí de que las reducciones de producción son necesarias para evitar que los precios sean aún más bajos en un futuro próximo.

Como de costumbre, es probable que sea difícil convencer a Irak de esta reducción de la producción, pero parece que Rusia ya ha accedido. El ministro de energía ruso, Alexander Novak, ha dicho que, junto con las empresas rusas, está considerando apoyar la reducción de la producción. Esta decisión probablemente será respaldada por el hecho de que la producción rusa por lo general disminuye durante los meses de invierno.

Arabia Saudí ya había anunciado una posible disminución de la producción de la OPEP de 1 millón de barriles al día. El grupo de miembros y no miembros de la OPEP podría contribuir con otra reducción de 400.000 barriles al día. En el conjunto general de los mercados mundiales del petróleo, eso no es mucho, pero puede desencadenar una subida de los precios en el mercado. Por otro lado, si se da mucho bombo a esta posible reducción demasiado pronto, antes de la reunión del 6 de diciembre, su impacto podría ser nulo.

La otra cuestión clave en la reunión bianual es la retórica que ha ido mostrando el presidente estadounidense Donald Trump desde la última reunión de la OPEP celebrada en junio. Trump ha ido presionando al cártel para que aumente la producción y hacer descender los precios.

Los precios han descendido efectivamente, pero Trump no ha cambiado públicamente su cantinela. Los traders estarán muy pendientes de las declaraciones del presidente Trump en la reunión de países miembros y no miembros de la OPEP en Viena y de si dichas declaraciones influyen en las decisiones de la OPEP.

DIVISAS

Las bolsas de Estados Unidos han experimentado una jornada de ventas masivas el martes mientras el descenso de las acciones hace desplomarse las divisas. A diferencia de los anteriores movimientos que pueden haber venido impulsados por el discurso de la Fed o los datos, la tremenda venta de acciones de las empresas tecnológicas ha determinado este descenso. La aversión al riesgo fue el tema principal y los dólares australiano y canadiense han sido los que más han caído. El dólar estadounidense subió con respecto a las demás monedas principales incluyendo el yen japonés y el franco suizo mientras los inversores buscan seguridad en los activos estadounidenses.

La resistencia del USD/JPY en particular es sorprendente porque los últimos informes económicos y el discurso de la Fed dan a los participantes del mercado muy pocas razones para confiar en el billete verde. Los datos de vivienda no han cumplido expectativas mientras que las licencias de obra han descendido. No creemos que la lectura de los informes de bienes duraderos y ventas de vivienda construida del miércoles vaya a ser nada espectacular. Así que, entre la venta masiva de acciones, las tensiones comerciales entre Estados Unidos y Japón y los prudentes comentarios de los funcionarios de la Fed, el USD/JPY debería descender especialmente después de que el presidente Trump reafirmara su deseo de que la Fed baje los tipos. Técnicamente, el USD/JPY se recuperó y volvió a alcanzar la MMS de 50 días, pero seguimos creyendo que el par podría caer hasta 112,00 debido a la significativa resistencia entre la MMS de 50 días en 112,84 y la MMS de 20 días en 113,10.

El USD/CAD registró máximos de cuatro meses pues persiste la presión que se ejerce sobre los precios del petróleo. El petróleo cayó hasta su cota más baja en más de un año antes de la reunión de la OPEP del mes que viene. Estados Unidos, Rusia y Arabia Saudí están extrayendo crudo a niveles récord y teniendo en cuenta que el presidente Trump se ha posicionado con el príncipe heredero en el caso del asesinato de Khashoggi, es poco probable que reduzcan la producción cuando Trump ha pedido abiertamente la bajada de los precios del petróleo. La Administración Trump además ha concedido exenciones a las sanciones para los principales compradores de crudo de Irán un día después de asestar el golpe de las sanciones a las empresas energéticas de Irán y Siria. Mientras los precios del petróleo continúen cayendo, el camino de menor resistencia para el USD/CAD será al alza con el nivel de resistencia en el pico de junio registrado en 1,3386. También vale la pena mencionar que podrían avecinarse grandes cambios de mano del Banco de Canadá según su vicegobernador Wilkins que dijo que llevará a cabo una revisión completa del objetivo de inflación de su mandato para ver si merece la pena recurrir a un marco alternativo. Los dólares australiano y neozelandés también bajaron bruscamente. Aunque otro descenso de los precios de los lácteos han lastrado el dólar neozelandés, el AUD/USD descendió mayormente por la aversión al riesgo porque según las actas del Banco de la Reserva de Australia, el banco central cree que el siguiente movimiento de los tipos de interés será al alza, aunque no hay ningún indicio claro de que vaya a haber ajustes a corto plazo. Los precios de los productos lácteos de Nueva Zelanda llevan cayendo constantemente todo este año, pero la caída del 3,5% del martes es la más pronunciada desde septiembre.

El euro y la libra también han descendido; el euro se ha visto sometido a una gran presión al ampliarse los márgenes de rendimiento de los bonos italianos y alemanes. Según nuestro colega Boris Schlossberg, «por ahora el riesgo de una crisis crediticia sigue estando bajo control, pero el consenso general en el mercado es que, si el margen se amplía hacia 400 pb, la amenaza para los bancos italianos podría llegar a ser muy grave y el mercado seguramente reaccionará mucho antes de llegar a ese punto y, mientras la amenaza de la insolvencia permanezca controlada, el diferencial de los bonos alemanes/italianos podría llegar a ser el factor clave del comercio hacia finales de año, como lo fue durante la crisis PIGS de 2012». Seguimos muy pendientes del Reino Unido y la posibilidad de una moción de censura. La caída de la libra se ha debido al hecho de que los Tories no cuentan aún con los 48 votos que necesitan para poder llevar a votación la moción de censura, pero el riesgo está ahí.

ORO

Los precios del oro suben este viernes, pues los inversores recurren a los activos considerados refugio seguro ante el revuelo del Brexit y las preocupaciones en torno a la guerra comercial.

Los futuros de oro del Comex para entrega en diciembre alcanzan el nivel de 1.216,30 USD por onza troy, con un avance del 1,43% a las 11:04 horas (CET).

Persiste la incertidumbre en torno a la propuesta de acuerdo de Brexit de la primera ministra británica tras la dimisión del ministro para el Brexit el jueves.

Un dólar sin cambios también ha contribuido a impulsar la confianza en el metal precioso.

El metal precioso suele descender al subir el dólar, pues se denomina en billete verde y es muy sensible a los movimientos de éstos. El lingote se encarece de cara a titulares de otras divisas cuando sube el dólar y se abarata cuando baja.

RECOMENDACIÓN DE COMPRA ENCE (Energía Y Celulosa)

Conclusión – Plan Estratégico 2019 – 2023.

Nos gusta el nuevo plan, ya que consideramos que tiene lo necesario para sustentar un mayor crecimiento, pero las condiciones del mercado determinarán su viabilidad. Pronto se evaluará toda la estrategia, pero en general nos gustan los puntos principales. Los nuevos productos en el segmento de la pulpa generarán un mayor valor agregado, y la postura de inversión parece ser más cautelosa que otras veces. Incluso si se trata de un programa de inversión masiva, apreciamos el hecho de que cada decisión de inversión requerirá la aprobación de la junta y también el nivel máximo de apalancamiento (2.5x, 4.5x EV / EBITDA para Pulp y Energía, respectivamente) implementado. Sin incorporar los nuevos supuestos a nuestro modelo, reiteramos nuestra recomendación de COMPRA.
Los precios de la celulosa de fibra corta (BHKP) a 1050 USD / t permiten a los productores batir los récords en ventas y márgenes un trimestre tras otro. La brecha entre la oferta y la demanda de celulosa sigue siendo muy estrecha, y la nueva capacidad prevista para los próximos años (+ 0,6Mnt acc. 2019-20) no será suficiente para cubrir el crecimiento de la demanda (+ 2,8Mnt acc. 2019-20). De hecho, los precios aún no están en máximos; estimamos precios promedio de USD1,100 / t en 2019 y USD1,150 / t en 2020 (suposición más baja que la prevista por los principales consultores del sector). Como podemos ver en la siguiente figura, los precios de las acciones de Ence han caído alrededor del 35%, mientras que los precios de la pulpa se mantienen sólidos.

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