¿Para qué pagar por la RPV (VPN), si hay productos y soluciones RPV gratuítos?
La RPV, o sea la Red Privada Virtual, es una estructura lógica desarrollada especialmente para proveer un alto nivel de seguridad y confidencialidad en el uso de redes públicas, incluso del internet mismo.
La RPV usa la cifra (criptografía) para la protección de datos transmitidos y, si afinada correctamente, la calidad de anónimo.
Por supuesto, si uno dispone de hábitos y tiempo necesarios, se puede crear una propia VPN, pero desprovista de servidores en varios países del mundo y con la calidad de anónimo en cuestión. Y además, es una seria tarea técnica, difícil de resolver independientemente de profesionales, que cuestan caro.
Soluciones llave en mano de la RPV
Tomando en consideración las crecientes dimensiones de control sobre el internet, los usuarios con cada vez mayor frecuencia llegan a la necesidad de la RPV. La necesidad viene por varias razones: el jefe de la oficina ha limitado las redes sociales, y el empleado está esperando una carta importante de competidores; uno tiene que comunicarse con una gran compañía extranjera sobre la venta de unos activos, pero por ahora no quiere descubrir su locación verdadera; hay necesidad de recibir un segundo pasaporte, pero sabe exactamente que los servicios especiales son paranoicos sobre el tráfico en la oficina.
Todos esos asuntos se arreglan con la RPV. Y aún más, porque actualmente hay una multitud de opciones y soluciones llave en mano para un cliente de tipo muy variado.
Claro que las ofertas varían en calidad, confiabilidad y precio. Si necesitan una vez al mes echar un ojo a un email secreto en un hospedaje de correo único, pueden utilizar una RPV gratuíta, que funciona diréctamente en el navegador, sin una instalación especial. En este caso no es lógico pagar por un software profesional.
Por otro lado, si su trabajo incluye comunicación con clientes y transmisión de datos importantes, tales como datos personales y cuentas bancarias, el uso de la RPV es una medida profiláctica, así como paseos frequentes y consumo de agua para el organismo humano.
¿Para qué pagar por la RPV, si hay servicios gratuítos?
Como ha entendido, hay servicios gratuítos, son muchos y parece que las condiciones de su uso son excelentes. Sólo de pensar que está ocultando sus datos personales, IP dirección y mucho más, visitando sitios peligrosos o maneja sus negocios secretos y nadie va saber. ¡Y eso gratuítamente!
Pero,según un dicho, solamente es gratuíto el queso en la ratonera. Y el pedazo de queso conduce a algo más, si no a la red de metal.
El problema de servicios totalmente gratuítos es que ellos también tienen que vivir y ganar algo. Si no es el caso del proyecto de Pavel Durov que se llama “Telegram”, donde un gran dinero se ha invertido en un largo desarrollo, y el beneficio llega por otra vía.
De ahí que, cuando se trata de las RPV gratuítas, uno corre los siguientes riesgos:
- Registro de su IP dirección por parte del servicio;
- Retención de datos sobre la duración del uso;
- Conservación en el archivador de los sitios que ha visitado durante el uso del servicio.
¡Pero es precisamente la información que hace falta ocultar, si ha decidido usar el servicio! ¿De dónde han sacado el derecho de recibir y conservar una información así?
De hecho, todo es muy sencillo: así está escrito en el acuerdo de licencia. Muy a menudo, al empezar a usar el servicio automáticamente confirmamos nuestro consentimiento con la licencia, y el servicio saca ganancias de esto.
A propósito de ganancias: la publicidad que está empotrada en servicios de ese tipo, representa una amenaza a su seguridad. El caso es que no se promociona solamente la mercancía legal y bien comprensible, sino también los sitios con software nocivo y peligroso. Eso significa, que si dentro del servicio o el programa queda la publicidad, queda el riesgo de clikearla y hallarse donde no ha esperado.
Por otro lado, la misma criptografía y los medios de protección de los servicios gratuítos se pone obsoleta y no garantiza la seguridad necesaria.
Por lo tanto, antes de empezar a usar un tal servicio, hay que leer el acuerdo de licencia. Claro que es largo y aburrido, pero haga una analogía con una banca o una cuenta discrecional: de no leer el contrato, las consecuencias pueden ser lo menos predecibles.
La RPV con un sólido fundamento jurídico
Si los creadores del servicio cobran plata y suministran serias garantías, están interesados en observarlas. En el caso contrario, los juicios y persecusiones muy pronto habrían puesto fin a la carrera de la empresa.
Recomendamos buscar las siguientes garantías en el acuerdo de licencia: “los datos se protegen (con posible indicación de tecnologías)”; los datos no se venden, no se alquilan y no se ponen accesibles a una tercera parte; no se conservan los datos del tráfico (a excepción del volumen, si hay limitaciones en este punto); el servicio no consera la IP dirección del usuario; ningunos ficheros especiales adicionales no se conservan en una computadora que es accesible por una red pública; la empresa no puede compartir datos, a menos que sea mediante una dispisición judicial.
Si todo esto está presente, el servicio puede examinarse seriamente. Ahora ofrecemos los servicios de nuestros partenaires qua han creado un proyecto titulado Cryptohippie Road Warrior VPN package. El objetivo del proyecto es proveer la seguridad hasta a los que están en tránsito permanente por el mundo con el ordenador portátil y manejan sus negocios en modo remoto.
Es que los emprendedores así siempre tienen que usar redes inaveriguadas, puntos de Wi-Fi, sin perder la calidad de sus propios servicios. Y aquí entran en juego los servicios de RPV y, en particular, Cryptohippie.
Con todo eso, el producto es fácil de usar y muy cómodo de aprender. Lo que, aparte de la seguridad, lo hace una ganga. Si está interesado en calidad de anónimo, viaja mujcho y trabaja con datos sensitivos: la RPV es una necesidad absoluta.
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