Síndrome de Estocolmo

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El síndrome de Estocolmo, nombre dado a partir de las emotivas reacciones de los secuestrados por sus raptores, hecho que sucedió hace 40 años en la capital sueca, se repite (de manera obligada) en la relación de los ciudadanos con los estados, pues de alguna manera no están robando la vida, aumentan el tiempo en que se puede tomar el retiro, restringen la seguridad social, nos espían, mantienen su registro de cada paso que damos, de nuestros gustos, controlan hasta nuestra forma de pensar, nos hacen vivir una cultura del miedo, hasta deciden donde debemos viajar, es decir nos tienen secuestrados… y nos obligan a rendirle pleitesía y tributos, hasta mas allá de lo razonable para mantenernos sojuzgados.

El ciudadano debe sentirse comprometido, amar su tierra, respetar la ley, pero no por ello debe ser avasallado y maltratado por el estado, tanto como decida ser un eterno turista, cambiar de ciudadanía o preparar defensas de la voracidad fiscal de su país, debe sentirse libre de hacerlo.

Conocemos la historia de los imperios, todos a través de la historia han sucumbidos, el desenfreno en el cobro de tributos para su megalomanía o modernamente programas de controles ciudadanos sin límites contra la privacidad son inimaginables, pero recordemos que esta avaricia es común en todos los tiempos, es la antesala de la perdición. Y más, los mismos Estados Unidos basan su independencia en los desmesurados aumentos a los impuestos del té por parte de Inglaterra.

Hasta cuando nuestro compromiso ciudadano o patriótico como se le quiera llamar, debe estar sometido a reglas abusivas y coaccionadoras, que tanto debemos permitir sin horadar nuestros sentimientos, el fruto de nuestro trabajo, el futuro de nuestros hijos, so pretextos de falsas guerras, de enemigos inexistentes o autocreados; una cultura de miedo sin fin para justificar lo imposible y hacer aparentar legal lo inaudito.

La intemperancia de los gobiernos no tiene fin, aupada por las ansias de poder y riqueza de los políticos, nos llevan a todo tipo de crisis: económica, social, psicológica, etc. Vemos como países o ciudades se declaran en bancarrota, siendo los sufridos los ciudadanos comunes y corrientes que como Ud. Y como pagamos impuestos por todas las vías y no recibimos la luz al final del túnel.

Debemos estar preparados, siempre hay señales que se presentan en las vísperas de acontecimientos históricos importantes, no la dejaremos pasar desapercibida y actuar en consecuencia, tanto como la aprobación de nuevas leyes impositivas, el descaro de impuestos abusivos, el endeudamiento irresponsable para gastos excesivos e innecesarios, de éstos y otros temas seguiremos tratando por separados, para que esté advertido, amor no quita conocimiento, su futuro (finalizar su vida acorde trabajó mientras pudo), la esperanza de su familia y sus hijos es su responsabilidad y no debe estar supeditada a leyes dictadas por otros en la que Ud. sólo paga los impuestos.

Lo que para los recaudadores de impuestos ven como una rebeldía, pero insistimos, nada ilegal, es su derecho a defenderse de la ilimitada voracidad fiscal de los gobiernos, son leyes que otros estados preparan donde la privacidad, los bienes, los negocios, están protegidos para evitar doble pago de impuestos y para hacerlos atractivos, las tasas impositivas son bajas o en nulas en algunos casos. El mundo es una aldea global, atrás se quedaron los conceptos de comunismo, nacional socialismo, que provocaron grandes guerras, y tampoco dan miedo los neoconceptos de terrorismo, narcoterrorismo, aplicados como etiquetas para nombrar al “enemigo”, toda vez que el terrorismo de estado y el espionaje ilegal pero autorizado por los gobiernos son males peores a los que intentan controlar. No nos dejemos engañar y estemos preparados!

La defensa de mis intereses es mi guerra, donde mejor resguardados estén, ahí debo colocarlos; privacidad, seguridad y crecimiento, no son sinónimos de egoísmo, no se trata de eso, son el baluarte de mi futuro. Si los programas económicos que le dan protección a mis bienes están fuera de mi país, hacia allá debo dirigirlos, llámense como se llamen:

  • Fideicomisos
  • Sociedades o Asociaciones extranjeras (LLP, IBC)
  • Banca privada
  • Compañía de seguros cautiva de seguros
  • Cuentas bancarias offshore y tarjetas de crédito
  • Préstamos con cuentas relacionadas

Son parte de los objetivos que el IRS de USA tiene en la mirilla y que con la ley de cumplimiento fiscal de cuentas en el extranjero (FATCA, por sus siglas en inglés) intentarán aumentar el monto imponible de sus ciudadanos aunque hayan pagado tributos en otros países, voy a continuar después pero concluyo recordando la primera regla de oro de Bill Gates para aplicar a otros: “la vida no es justa, acostúmbrate a ello”, que considero totalmente injusta, prefiero:”si la vida no es justa, luchemos por cambiarla” o en última instancia: “la vida no es justa, defiéndete de ella

  Por: Homer Q. Eiden

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