Irlanda es una isla tranquila y pacífica ubicada en la periferia de Europa, su lado oeste está expuesto al imponente Océano Atlántico. El clima irlandés está determinado principalmente por el océano y por ende no tiene las temperaturas extremas que se esperarían por su ubicación latitudinal. Todas las épocas del año son propicias para visitar Irlanda y, a pesar de que el clima es altamente variable, raramente las temperaturas llegan a ser extremas.
Conocida como la “isla de los santos y académicos» debido a su abundante legado de devoción religiosa y educación, o como «la Isla Esmeralda» por su abundante y suntuosa vegetación, Irlanda ha sido sinónimo de romance, belleza, humor y tristeza. Con una larga historia de 12 000 años, este país ha sido regido por los celtas, los normandos y los ingleses. Luego de muchos años de dominio inglés y británico, Irlanda obtuvo su independencia absoluta en 1937, a excepción de Irlanda del Norte que permaneció bajo el reinado británico.
Característica esquina de la ciudad de Dublín, Irlanda.
Irlanda sufrió un largo período histórico de pobreza e inmigración y, luego de un período de proteccionismo, el nuevo estado irlandés empezó a abrirse al mundo. Irlanda del Norte permaneció como un impedimento para alcanzar la paz entre el Reino Unido e Irlanda hasta que el Acuerdo de Viernes Santo marcó el comienzo de una nueva era de cooperación. Irlanda se unió a las Naciones Unidas y a la Unión Europea (UE) en 1955 y 1973 respectivamente, y también es miembro de la Eurozona.
La economía irlandesa emergió de una recesión económica profunda y hay muestras de que la recuperación económica, que se inició a partir de 2012, continuará. Actualmente Irlanda surgió como un líder en innovación, con un gobierno que promueve el comercio, un sector laboral altamente capacitado, excelente infraestructura y políticas tributarias favorables para los negocios. El camino hacia la recuperación de este país fue arduo y sirve de testimonio del gran esfuerzo y optimismo del pueblo irlandés, el cual es especialmente amigable, acogedor y reconocido a nivel mundial por su calidez y encanto. Por todos estos motivos, no es sorprendente que la Isla Esmeralda se haya convertido en un destino tan popular para el turismo y los negocios.