Estrategia para proteger sus activos a diario

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Diariamente corremos el riesgo de perder nuestros ahorros, debido a una variedad de amenazas que se están cerniendo sobre nuestro horizonte como nubes de tormenta. Las presentes amenazas tienen su origen en la crisis financiera del 2008, cuando los mercados de los Estados Unidos colapsaron, seguidos por las economías de medio mundo.


Lamentablemente, el estado actual del sistema bancario global no es mucho mejor de lo que fue hace unos siete u ocho años. La deuda nacional de EE.UU. se ha duplicado, y aunque la tasa de interés siga siendo alrededor de 2-4%, realmente es como una gota en el océano. La Corporación Federal de Seguro de Depósitos, creada para garantizar la recuperación de los depósitos bancarios en caso de que un banco quiebre, tiene actualmente obligaciones que superan sus capacidades por unos 530%. Antes de la crisis financiera, esta cifra fue de sólo 14%.

Algo más alarmante todavía en el sistema bancario de los EE.UU. es el hecho de que aquellos bancos estadounidenses que en el momento de la crisis eran demasiado grandes para quebrar, hoy en día se volvieron aún más grandes. Mientras tanto, en todo el mundo se anunció la cacería de los capitales offshore, los cuales hasta el momento se habían podido ocultar de las tesorerías de países poderosos.

Lo que significa este nuevo afán de eliminar los paraísos fiscales, es que los gobiernos ya no tienen más fuentes para la reposición de sus tesoros, porque la emisión de dinero ahora no es una opción vigente, ya que a raíz de la crisis financiera todos están al pendiente de ello.

Sin embargo, los paraísos fiscales no se rendirán tan fácilmente. En primer lugar, hay demasiados de ellos. En segundo lugar, se tendrían que adoptar modificaciones legislativas sustanciales por todo el mundo para obligar a los negocios a devolver sus activos a su país de origen.

Sin duda, las medidas como FATCA, BEPS, y el intercambio automático de información entre otras, afectan de manera significativa a todo el sector bancario existente, pero con una oportuna estructuración de negocios y la elección de una cuenta offshore adecuada, todavía tenemos la oportunidad de proteger nuestros activos.

Protección contra un desastre financiero.

El susto más grande que podamos imaginar en relación a nuestros activos sería despertarse por la mañana, y enterarse de que el banco donde uno tiene depositados todos sus ahorros, ha entrado en quiebra, se ha vuelto potencialmente insolvente o sus actividades han sido suspendidas por cualquier otra razón.

Por supuesto, uno puede esperar contar con el seguro de depósitos. En la UE, la cantidad asegurada sería de hasta 100 mil euros. ¿Pero que tal si tenemos un capital que supere esta cantidad? ¿Estaríamos dispuestos a perderlo? Seguramente, no.

A veces, si nos mantenemos bien informados sobre el estado de la banca, a lo mejor, podríamos interceptar de manera oportuna los rumores de que nuestro banco esté al borde de la quiebra, pero generalmente, esta información es estrictamente clasificada para evitar pánico.

Además de la falta de liquidez, también existe el riesgo de la suspensión de actividades de una institución financiera. Este riesgo es cada vez más alto en Europa a causa de la influencia de los EE.UU.

Así, en primavera del año pasado las actividades de un banco andorrano, La Banca Privada d’Andorra (BPA), fueron suspendidas repentinamente. El Banco fue acusado de complicidad en las transacciones fraudulentas y el blanqueo de capitales adquiridos de manera ilegal a través de transacciones de sus clientes. Como resultado, el 10 de Marzo de 2015, la Red Contra los Delitos Financieros del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos (FinCEN) presentó una acusación formal basada en la sección 311 de la Ley de los Estados Unidos, la llamada Ley Patriota; consecuentemente el Banco recibió una Notificación de Propuesta de Reglamentación (NPRM). Durante las siguientes horas las actividades del BPA fueron paralizadas por bancos corresponsales, y al cabo de un período total de 60 días, todos los bancos se negaron a cooperar con el banco andorrano, cumpliendo con la instrucción de los EE.UU.

Cabe mencionar que el caso del BPA no es una excepción a la regla. En Suiza, por ejemplo, existe todo un programa que se lleva a cabo en sus instituciones bancarias, con el objetivo de desclasificar las cuentas confidenciales que pertenezcan a ciudadanos de los EE.UU. Los bancos que decidan a negarse a cooperar, podrían ir directamente a la «guillotina estadounidense», y no hay ninguna garantía de que uno de ellos no sea el banco donde tengamos nuestras cuentas.

Para diversificar los riesgos asociados a la quiebra o suspensión de las actividades de los bancos, es necesario tener no solo una, sino varias cuentas en el extranjero, abiertas en las jurisdicciones más seguras. Los especialistas de Offshore Pro Group ofrecen consultas profesionales para que Usted pueda elegir oportunamente el banco extranjero que más le convenga.

La protección contra la expropiación ilegal de activos.

La expropiación ilegal de activos no solo es lo que resultó de la crisis bancaria en Chipre, esto mismo sucede cuando se congelen los fondos en su cuenta bancaria.

Todos estamos perfectamente familiarizados con lo sucedido durante la crisis bancaria en Chipre en 2013, cuando, a raíz de la caída del Laiki Bank y de la reestructuración del Cyprus Bank, muchos depositantes del primero perdieron todas sus contribuciones que superaban los 100 mil euros garantizados por la UE. Es cierto que los afectados recibieron a cambio diferentes tipos de acciones bancarias, pero con ellas no pueden comprar nada.unspecified

Es un hecho que los gobiernos no dejan de buscar cómo obtener el máximo acceso a las cuentas financieras de todos los individuos y los empresarios de altos ingresos. Así, a partir de este año, los individuos y las pequeñas empresas en el Reino Unido empiezan a operar sus cuentas fiscales digitales. Más adelante, desde abril de 2018, ellos tendrán que actualizar los datos sobre sus principales fuentes de ingresos en el Servicio de Aduanas e Impuestos de Su Majestad (HMRC) al menos una vez cada trimestre. Lo importante es que las cuentas fiscales digitales estarán vinculadas a las cuentas bancarias, por lo tanto, cuando este sistema comience a funcionar, la hacienda podrá cobrar el impuesto directamente de su cuenta o incluso congelarla sin dificultad si lo considera necesario.

Sin duda, estas medidas son muy convenientes para las autoridades fiscales, pero ¿quién preguntó a los empresarios si están dispuestos a proporcionarle a las autoridades el acceso a sus propias cuentas? Al fin y al cabo, es el dinero de empresas o particulares, no del gobierno.

El caso es que a la petición de los empresarios, el gobierno respondió con frialdad que todo esto se está haciendo por el bien del sistema. Entonces la pregunta sería: ¿estamos dispuestos a ser parte de un sistema de este tipo, en el que nuestro propio dinero está fuera de nuestro control? Lo más probable es que no lo estamos. De ahí surge otra pregunta: ¿a lo mejor, vale la pena tener un par de cuentas en el extranjero, para que nuestro dinero siga siendo de nosotros?

Protección contra el control de cambio.

Este tema se puede considerar «la comidilla» de cualquier gobierno; al parecer, no hay nada mejor para salvar el barco que se está hundiendo, que aplicar el control de cambio.

Los ejemplos de la implementación de esta particular medida de restricción abundan en la política moderna. Por ello, durante la famosa crisis de Chipre, el país estuvo paralizado totalmente durante más de dos semanas.

Lo que pasa es que cuando la gente comienza a sentir la fragilidad de la economía, corre instintivamente al banco para sacar su capital.

Eso fue lo que ocurrió en Grecia, e incluso está ocurriendo en China, de donde los inversores están retirado ahora sus capitales de miles de millones de dólares. Entonces para evitar este tipo de situaciones, el gobierno introduce el control de cambio, y lo primero que sucede – la restricción de la compra y venta de divisas y de transferencias al o del exterior.

Con estas perspectivas, si Usted decide trasladar parte de sus ahorros a un paraíso fiscal, donde la deuda pública es baja o inexistente, el sistema bancario es estable, al igual que la situación política, es probable que no se arrepienta.

La apertura de una cuenta bancaria en el extranjero es un paso simple que uno puede hacer para proteger su capital, sin salir de casa. Aquí lo fundamental es actuar antes de que sea demasiado tarde.

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