El territorio perteneciente a los EE.UU. se declaró en bancarrota el pasado mes de mayo. La combinación de una populación decreciente, pensiones infladas y una crisis de trabajo (en el 2006, el gobierno de EE.UU. derogó los incentivos fiscales que atraían las manufactureras a la isla) ocasionó que Puerto Rico fuera a la quiebra. Inclusive en su estado económico frágil, PR estaba planeando pagar a sus acreedores $3.6 billones durante el 2022. Sin embargo, los huracanes Irma y María destruyeron la isla el pasado mes de septiembre.
En adición al daño físico, la tormenta también aceleró el decrecimiento de la población de la isla. Antes de la tormenta, se estimaba que Puerto Rico perdería cada año 0.2% de su población de 3.4 millones, durante los próximos 5 años. Ahora el gobierno proyecta que su población se encogerá en un 7.7% (más de un cuarto de millón de personas) solo en el año 2018. Hoy, cuatro meses después de la tormenta, 450 000 puertorriqueños (aproximadamente el 15% de la población) aún no tienen electricidad.
Ayer, frente a un déficit presupuestario de 2 a 3 mil millones de dólares, el gobernador Ricardo Rosselló anunció que la isla no pagará sus deudas en los próximos cinco años. A pesar de la horrible situación, el futuro de Puerto Rico no es tan oscuro ya que la isla tiene uno de los mayores incentivos fiscales de las Américas (gracias a las Actas 20 y 22), los cuales continuarán atrayendo nuevas empresas e inversiones.
En resumen, el Acta 20 (el acta sobre servicios de exportación) permite a ciertos negocios domiciliarse en Puerto Rico y pagar un impuesto corporativo del 4%. El Acta 22 (para inversores individuales) permite a los residentes puertorriquenses pagar cero impuestos sobre las inversiones.
Puede mover su negocio a PR (sin reubicarse) y permitir que sus ganancias se acumulen, pagando un impuesto mínimo del 4%. Luego, cuando esté listo para pagarse un gran dividendo, simplemente se mudará a PR el tiempo suficiente para convertirse en residente (durante aproximadamente un año). De esta manera pagará CERO impuestos y tan pronto como reciba el pago, podrá mudarse a donde desee. Para los americanos, quienes están sujetos a impuestos sobre sus ganancias globales, ésta es la mejor manera para reducir drásticamente los impuestos y además está contemplada en la legislación fiscal de los EE.UU.
Sin embargo, el plan de fiscal de Trump puede significar un golpe financiero para Puerto Rico en su momento de mayor debilidad.
Aunque las Actas 20 y 22 siguen vigentes, y aunque los incentivos fiscales de Puerto Rico todavía sigan siendo atractivos, será más difícil para muchos norteamericanos sacar total ventaja de las inversiones en la “isla del encanto”.
En primer lugar, la nueva tarifa corporativa de EE.UU. está 21% por debajo de la nueva ley (antes estaba en 35%), de manera que considerando solo esto, la posibilidad de ahorros que ofrece la isla es menos atractiva. Pero el punto verdaderamente impactante es el nuevo «Ingreso Global e Intangible de Impuestos Bajos» (GILTI, por sus siglas en inglés). El impuesto GILTI esencialmente indica que pagará una tarifa efectiva de 10.5% de sus ganancias en una corporación extranjera.
A pesar de que Puerto Rico es territorio de EE.UU., bajo el nuevo plan fiscal y para propósitos de los impuestos GILTI, es considerado un país foráneo. Esto significa que como individuo necesita tener una compañía puertorriqueña a su propio nombre, para poder aprovechar el Acta 20. El impuesto GILTI representa un total del 21% – elevando la tasa efectiva a alrededor del 24% (4% del ingreso va a Puerto Rico y el 96% restante es tributado por el IRS al 21%).
Todavía puede tomar total ventaja de las Actas 20 y 22 permitiendo que sus ahorros crezcan y pagando un corporativo del 4%, para luego cobrar su dividendo y pagar cero impuestos. Sin embargo en este caso deberá residir en Puerto Rico durante todo el tiempo que dure el proceso.
El gobernador Rosselló cree que el gobierno de EEUU sí llevará a cabo un cambio en las reglas para Puerto Rico con el fin de apuntar hacia la recuperación de la isla. Mientras tanto usted podrá seguir disfrutando de los beneficios fiscales que la isla ofrece, siempre y cuando establezca su residencia en Puerto Rico
Por último, la factura fiscal también presenta muchas otras oportunidades para dueños de negocios que deseen reducir drásticamente su carga impositiva.
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