¿Por qué estadounidenses y europeos invierten en nuevas ciudadanías?

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De forma consistente, los pasaportes europeos figuran en los mejores indicadores que muestran la cantidad de países que pueden ser visitados sin visa por parte de los titulares. Los Estados Unidos y Canadá también lideran dichos indicadores. Al mismo tiempo, los viajes sin visa se han convertido en uno de los principales atractivos comerciales de los programas de CBI. Encuentre la versión en inglés de este artículo aquí

¿Cómo se puede explicar, entonces, que cada año se registre un número significativo de europeos y estadounidenses, que ya se benefician de las increíbles posibilidades de viajar sin visa, pero que todavía invierten en programas de ciudadanía extranjera?

Entender este fenómeno es sin duda útil para los profesionales de la industria que buscan desarrollar el negocio y comprender sus perspectivas a largo plazo. En este artículo responderé la inquietud planteada, basándome en mi propia experiencia: soy nacido en Escocia, cosmopolita por naturaleza, un ávido coleccionista de residencias y ciudadanías, además cuento con décadas de trabajo como consultor ayudando a otras personas que buscan el mismo nivel de libertad personal.

Permítanme introducir los siguientes comentarios con cierta tranquilidad: la Unión Europea no cancelará en un futuro próximo el acceso sin visa para las personas procedentes del Caribe y que sean titulares de pasaportes. A pesar de la existencia de quienes se oponen con vocifero a la venta de la ciudadanía, los burócratas en Bruselas saben que esos críticos pertenecen a los sectores radicales. La Comisión Europea comprende que los ciudadanos caribeños implican un bajo riesgo, son bien examinados (en el caso de los titulares de pasaportes de CBI) y relativamente existen pocos de ellos, por lo que es sencillo hacerles seguimiento. El interés político y económico de Europa tiene mucho que ver con que estas personas gasten dinero y hagan negocios en todo el continente. En otras palabras, son huéspedes valiosos que de cualquier manera habrían calificado para las visas Schengen.

Ahora, vamos a retomar un punto importante. Viajar sin visa es un privilegio, no un derecho. Tengo la edad suficiente para recordar las llamadas «Guerras del Bacalao» en la década de 1980, cuando Canadá canceló el ingreso sin visado al país para los titulares de pasaportes españoles durante una noche de disputa sobre la industria pesquera. Más tarde, Canadá también revocó dicho privilegio tanto para los húngaros como para los mexicanos (ambos ya restituidos) mientras que, por pura coincidencia, yo me encontraba viendo en esos dos países. Más recientemente, hemos visto suceder lo mismo con San Cristóbal y Antigua: aún esperamos impacientemente el restablecimiento del viaje sin visado a Canadá para nuestros compañeros antillanos, algo que pienso que sucederá con el transcurso del tiempo.

Todo el mundo parece haberse acostumbrado al hecho de que los pasaportes caribeños tienen libre acceso a la zona Schengen en Europa. Casi se da por sentado. Pero, ¿recuerdan que fue apenas hace unos pocos años, en 2015, cuando Dominica, Granada y Vanuatu obtuvieron este privilegio? Y que el mismo podría perderse incluso más rápido de lo que se ganó.

Nací en el Reino Unido. Como ciudadano británico y di por hecho que durante toda mi vida adulta tendría el derecho a vivir y trabajar en otros países de la UE. Ese privilegio desaparecerá pronto a causa del Brexit.

Con ese codiciado pasaporte británico de Borgoña, aun necesito visas para visitar dos potencias económicas importantes: Rusia y China. Solicitando una visa rusa, estoy sujeto a humillaciones particulares reservadas solo para estadounidenses, británicos y georgianos, considerados como acérrimos enemigos. Sin embargo, con mi pasaporte de Granada, puedo visitar Rusia y China sin tener visa.]

Los ciudadanos estadounidenses están sujetos a impuestos sobre sus ingresos globales, sin importar dónde residan, y solo hay una forma legal de optar por no hacerlo: renunciar a la ciudadanía.

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Destinos sin visado para ciudadanos de Granada

Otro ejemplo reciente es la crisis entre Rusia y Ucrania. No hace muchos años, a los rusos se les daba la bienvenida con los brazos abiertos en Europa occidental y se hablaba de eliminar los requisitos de visado, mientras que a los ucranianos les resultaba difícil reunir dichos requisitos. Ahora, los ucranianos tienen acceso sin visa a Schengen, mientras que los rusos encuentran que el proceso de solicitud de visa es mucho más complejo.

Lo que quiero destacar, para ser franco, es que el panorama sigue y seguirá cambiando. Sería un gran error invertir en una nueva ciudadanía únicamente con base en las posibilidades actuales de viaje sin visado, o incluso en la membrecía de la UE (en el caso de Malta o Chipre, o los llamados estados de adhesión como Moldavia o Montenegro).

Sin embargo, siento que a algunos inversionistas con pocos conocimientos al respecto se les muestran listas de países con libre acceso y se les venden pasaportes basándose únicamente en dicha información. Y sí, uso deliberadamente en este contexto la expresión «venta de pasaportes».

Hasta ahora, es posible que usted esté empezando a comprender mi punto de vista y, por lo tanto, la razón por la que los estadounidenses y los europeos se interesan por un segundo y tercer pasaporte. Los tiempos pueden cambiar, así como definitivamente lo harán las oportunidades de viaje sin visado. La tendencia a largo plazo es, sin duda, utilizar grandes bases de datos para decidir quién ingresa a los países y quién no, por lo que las decisiones se tomarán con base en los individuos y no en su ciudadanía. Pero considero que los pasaportes seguirán siendo importantes de una forma u otra, así que contar con varios de estos sencillamente será una herramienta cada vez más útil a medida que pase el tiempo.

Cuando viajo, siempre me preocupo por tener en mi billetera tarjetas MasterCard, Visa, American Express, Diners Club y ChinaUnionPay, todas emitidas por diferentes bancos en distintos países (más una cantidad suficiente de efectivo). Nunca se sabe cuándo se puedan bloquear una o más tarjetas debido a una falla técnica, a un malentendido temporal de conformidad, o quizás porque mi gasto parece ser un fraude para los sistemas del banco, entre otras tantas razones. Tener tarjetas Visa y MasterCard emitidas por el mismo banco tampoco me ayudaría mucho ya que, si una estuviera bloqueada, es probable que ambas lo estuvieran. Además de eso, por motivos comerciales, tengo tarjetas facturadas en diferentes monedas, otras que tienen mejores tarifas para el retiro de cajeros automáticos, etc.

Visualizo mi cartera de pasaportes exactamente de la misma manera. Solo necesito ser consciente de las circunstancias y tramitar el pasaporte correcto para que coincida con el momento e incluso con el entorno social adecuado. Nunca tengo dos o más pasaportes juntos, es una lección que aprendí de la manera más difícil cuando un día perdí los dos simultáneamente. Siempre es más conveniente que cuando usted vaya a salir durante el día deje un pasaporte de repuesto en la caja fuerte de su habitación de hotel.

Algunas personas pueden criticar mi actitud mundialista, asumiendo que no tengo afinidad con ningún país. De hecho, la verdad es todo lo contrario.

Sí, soy un ciudadano global orgulloso, pero también soy un ciudadano orgulloso de las naciones que han emitido mis pasaportes. Siempre me aseguro de pasar tiempo en los países, entender las prácticas comerciales y las culturas locales, así como de respetarlas. Prefiero la ciudadanía por medio de una conexión real con el país: una inversión que puedo disfrutar visitando y nutriéndome. Creo que este tipo de fundamento será clave para la ciudadanía global en el futuro y que pronto quedará en desuso la idea de comprar un pasaporte de un país que la persona nunca ha visitado y no conoce ni mínimamente.

La seguridad personal es, sin duda, una motivación para que los inversionistas se postulen a múltiples ciudadanías. Ciertamente, ha habido muchos casos en que las personas fueron seleccionadas para secuestros, ataques terroristas y similares, con base en sus nacionalidades. Los titulares de pasaportes británicos y estadounidenses están especialmente en riesgo, por lo que muchos empresarios preferirían viajar en un perfil más bajo, con el pasaporte de un país más neutral. Sin olvidar, por supuesto, que los estadounidenses están sujetos a restricciones de viaje establecidas por su propio gobierno, siendo Cuba el ejemplo más conocido.

Este artículo ciertamente no estaría completo sin abordar el tema tributario. Lo menciono en último lugar porque creo que es el factor motivador menos importante cuando se trata de obtener nuevas ciudadanías.

Los ciudadanos estadounidenses están sujetos a impuestos sobre sus ingresos globales, sin importar dónde residan, y solo hay una forma legal de optar por no hacerlo: renunciar a la ciudadanía. Ese es un paso bastante drástico que solo están dispuestos a dar una pequeña (pero creciente) minoría de estadounidenses. Sin embargo, esto no significa que no lo consideren. Antes de que puedan renunciar, necesitan tener la ciudadanía de otro país, ya que nadie puede quedarse sin pertenecer a una nación. Tener esa segunda ciudadanía preparada para cualquier eventualidad, listos para renunciar si el panorama político de los Estados Unidos se vuelve aún más inestable, es algo que puede ayudar a los estadounidenses a sentir mayor tranquilidad.

Aunado al hecho de que dichos ciudadanos son tradicionalmente el grupo mayoritario de visitantes en el Caribe (les encanta este destino), tiene mucho sentido que cualquiera de estos que sea moderadamente pudiente, compre un condominio en el Caribe y obtenga la nueva ciudadanía que ello implica.

Para los europeos, en teoría, no existe un beneficio fiscal al tener un segundo pasaporte. Dicho esto, mantener otras opciones disponibles siempre es una buena idea, porque a medida que los gobiernos se quedan sin dinero, comienzan a volverse más exigentes. Cuando Nicolas Sarkozy era presidente de Francia, habló seriamente de la introducción de impuestos al estilo estadounidense para los ciudadanos franceses. Y he conocido muchos empresarios europeos retirados que debido a que han sido perseguidos severamente por sus autoridades fiscales durante sus carreras activas, han perdido toda fe en los gobiernos de sus países de origen. Para ellos, cualquier oportunidad de diversificar y tener múltiples ciudadanías es bienvenida, junto con el hecho de poder viajar sin la posibilidad de que sus gobiernos locales los rastreen. Por lo tanto, el aspecto tributario es un factor motivador indirecto.

El balance final es sencillo, a mi parecer. Se reduce a un asunto de perspectiva de cada individuo en el mundo. Una vez que usted haya experimentado el sentimiento de inmensa libertad personal que se obtiene al tener varias ciudadanías, ¡nunca querrá volver a tener una sola! Y, para usar una frase cliché, ¡la libertad no es gratis! He ahí la razón de la demanda de los programas de ciudadanía por inversión por parte de los norteamericanos y europeos.

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