Los futuros de las acciones de Estados Unidos caen este viernes pues la revisión a la baja de las previsiones de varias empresas y las escasas ventas de los minoristas durante las fiestas amenazan con poner fin al repunte de cinco jornadas de Wall Street pues los inversores temen una posible recesión.
Los futuros del S&P 500 descienden un 0.11%, y los futuros del Dow se dejan un 0.04%, mientras que los futuros del Nasdaq 100 de tecnológicas retroceden un 0.20%.
Las acciones habían subido a principios de esta semana ante los indicios de que la Fed podría hacer una pausa en su ciclo de ajustes a la política monetaria y el optimismo en torno a las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China. Pero los débiles resultados de ventas durante las fiestas de Macy’s y las revisiones a la baja de las previsiones de ingresos de Apple y American Airlines, entre otras, podría revertir las ganancias anteriores.
Mientras tanto, el cierre del Gobierno es ya el más largo de la historia y 800 000 trabajadores federales se quedarán sin su primera nómina del año. El presidente norteamericano Donald Trump está estancado en su discusión con el partido demócrata sobre el cierre, ya que insiste en que en el presupuesto debe incluir fondos suficientes como para construir un muro en la frontera entre México y los EE. UU.
Anheuser Busch Inbev es una de las empresas que mejor actuación ha ofrecido antes de la apertura, disparándose sus acciones un 5.4% tras conocerse que emitirá bonos por valor de 15.500 millones de dólares con una caducidad de 40 años. Netflix sube un 2.4%, mientras que Procter & Gamble Company avanza un 0,4%. Apple Inc. se apunta un alza del 0,4% tras anunciar el lanzamiento de tres nuevos modelos de iPhone este año.
Por otra parte, Pacific Gas & Electric se desploma un 6.9% mientras que Frontline se deja un 4.6% y Facebook un 0.5%. Activision Blizzard Inc. pierde un 7.3% tras anunciar la transferencia de derechos de publicación de su franquicia Destiny a Bungie.
En cuanto a materias primas, los futuros del oro suben un 0,4% hasta 1,292.35 dólares por onza troy, y los futuros de petróleo crudo se apuntan un alza de un 0.5% hasta 52.89 dólares por barril. El índice dólar, que sigue la evolución de esta moneda con respecto a una cesta de otras seis divisas principales, desciende un 0.2% hasta 94.92.
Europa
Las Bolsas europeas sufren mucho para mantener las subidas de la semana. El DAX (índice de la Bolsa alemana) no puede atacar la barrera de los 11,000 puntos, y el FTSE (índice de la Bolsa del Reino Unido) afronta los días para la votación sobre el Brexit que tendrá lugar el próximo martes día 15 de enero, por lo que de momento está por debajo de los 7,000 puntos. Las especulaciones sobre la salida del Reino Unido no están claras, cabe la posibilidad de que no se realice, todo es posible. Esto ha provocado la subida de la Libra Esterlina, y ha incidido negativamente sobre las empresas exportadoras que están en la Bolsa de Londres.
El sector de las telecomunicaciones se agita con nuevos rumores de concentración. La prensa informa de una reunión entre directivos de Altice Europe y de Iliad que reactiva las especulaciones sobre una eventual fusión de los dos grupos. Las subidas se extienden a Orange. Un signo menos favorable adquiera también en la Bolsa de París la cotización de Suez. Société Générale ha rebajado su recomendación sobre el grupo francés a ‘vender’.
Los operadores del mercado de divisas se preparan para unas jornadas especialmente frenéticas. La agenda de hoy incluye el dato del IPC de EE. UU. Los analistas auguran una mayor moderación en las tensiones inflacionistas. Si se cumplen sus previsiones, el IPC se enfriaría desde el 2.2% hasta el 1.9%. Esta moderación reforzaría las perspectivas más prudentes sobre futuras subidas de los tipos de interés que ha reiterado la Reserva Federal en las últimas fechas, y que ha debilitado la cotización del dólar.
El euro repite hoy en los 1.15 dólares, mientras que la libra gira al alza, hasta tocar los 1.28 dólares, ante la posibilidad de que se retrase la fecha prevista para materializar el Brexit.
La incertidumbre previa a la votación del martes sobre el Brexit y la mayor cautela de los bancos centrales han reactivado las compras de deuda pública. Esta toma de posiciones ha enfriado el interés exigido al bono español a diez años por debajo del 1.5%, con la prima de riesgo próxima de nuevo a los 125 puntos básicos. Otro activo refugio como el oro se acerca a los 1,300 dólares la onza.
La semana que se cierra registra también un predominio de las compras en el mercado del petróleo, alentadas por los menores temores económicos que generan los avances en las negociaciones comerciales entre EE. UU. y China. El crudo frena la corrección. El barril de Brent roza los 62 dólares, y el barril tipo West Texas, de referencia en EE. UU., se acerca a los 53 dólares.
EE. UU.
¿Puede sobrevivir el dividendo de Ford a su gran reestructuración?
La compañía Ford tiene un duro trabajo por delante. Tras años de crecientes ventas, ayudado por la robusta economía global y la demanda de los consumidores, el segundo fabricante de automóviles del mundo se enfrenta ahora a enormes obstáculos.
El panorama automotriz está cambiando rápidamente. Las ventas se ralentizan a nivel global y el futuro de los fabricantes de automóviles tradicionales parece incierto al entrar al mercado Tesla y Waymo de Google.
Ford Weekly Chart
Para enfrentarse a estos desafíos, Ford anunció el año pasado un plan de reestructuración de toda la empresa de 11.000 millones de dólares con vistas a los próximos cinco años, pues las ventas en Europa y Asia se han ralentizado y ambas regiones han registrado pérdidas.
Los problemas operativos en Asia y Europa provocaron que la Ford recortara sus previsiones de beneficios de 2018. La compañía anunció un descenso de casi el 50% de sus ganancias en el segundo trimestre, seguido de una caída de más del 35% en el tercer trimestre.
Su última iniciativa de reestructuración se conocía el jueves, cuando la compañía anunció que destruiría miles de puestos de trabajo, se desharía de las variantes de los modelos cuyas ventas se han ralentizado y que cerraría posiblemente fábricas enteras en Europa.
La compañía, que emplea a unos 54.000 trabajadores en toda la región, principalmente en Alemania, el Reino Unido y España, revisará también sus operaciones conjuntas en Rusia.
A medida que la empresa Ford se embarca en esta gran reestructuración para mejorar la rentabilidad y se prepara para una época en la que se alzarán los vehículos eléctricos y los coches de conducción autónoma, los inversores no han mostrado mucha fe.
Tras bajar más del 33% durante el pasado año, las acciones de Ford se han mantenido por debajo de 10 dólares por acción desde el verano ante las preocupaciones en torno a la sostenibilidad de su generoso dividendo de 0,15 dólares por acción.
Este pesimismo es más pronunciado en los mercados de deuda, donde la deuda de Ford se comercializa casi como basura después de que el servicio de inversores de Moody’s rebajara la calificación crediticia del fabricante de automóviles hasta un nivel por encima de la basura en agosto. Las acciones se situaron en menos de 8 dólares el año pasado por primera vez desde noviembre de 2009, el año que sus homólogos de Detroit, General Motors y Chrysler, cayeron en bancarrota.
A los inversores les está costando apoyar el plan de reestructuración pues el ciclo de crecimiento global se está revirtiendo y la empresa se enfrenta a múltiples desafíos, incluida la ralentización del crecimiento de las ventas de China y la subida de los costes del acero en Estados Unidos tras sus disputas comerciales. Ford tiene efectivo para defender su desembolso.
Este escenario extremo ya está en la valoración actual, pero no creemos que vaya a materializarse. En cambio, Ford ha entrado en una fase en la que su balance general seguirá lastrado durante los próximos años, aunque sus beneficios no quedarán completamente pulverizados, como predecían muchos bajistas.
Para proteger su asignación trimestral de 0,15 dólares por acción, Ford tiene más de 18.000 millones de dólares en efectivo. Eso es suficiente dinero para sostener el desarrollo de nuevos productos y el dividendo en tiempos de adversidad.
Si incluimos inversiones a corto plazo, la empresa tiene acceso a más de 36.000 millones de dólares de liquidez. Con este tipo de activos líquidos, Ford tiene la capacidad financiera para hacer frente a sus pagos.
No hay duda de que la división de automóviles de Ford no está generando el suficiente efectivo para cubrir sus dividendos, pero el segmento de servicios financieros de la empresa suele generar alrededor de 1.500 millones de dólares al año para la empresa matriz.
La unidad de crédito experimentó su mejor trimestre desde 2011 en el último período de ganancias, generando 678 millones de dólares de beneficios ante el aumento del valor de reventa de los vehículos arrendados que se vendieron en subasta.
En conclusión
Creemos que los planes de reestructuración de Ford son sólidos y podrían mejorar su futura rentabilidad. La empresa automotriz planea dejar de vender sedanes tradicionales en Estados Unidos en los próximos años. También pretende actualizar prácticamente todos sus todoterrenos tipo crossover y modelos de camiones, así como introducir varios nuevos modelos en cada categoría.
Esto debería eliminar la fuente de muchos años de pérdidas, e impulsar la rentabilidad de la división norteamericana de Ford.
CHINA
China se fijará metas más bajas de crecimiento para 2019
La República Popular de China planea establecer una meta de crecimiento económico más baja para 2019, entre el 6.0 y el 6.5 por ciento, frente al objetivo para el año pasado, que estaba en «alrededor» del 6.5 por ciento, en un momento en el que Pekín se enfrenta a una subida de aranceles en Estados Unidos y a un debilitamiento de la demanda interna.
El objetivo propuesto, que se revelará en la sesión parlamentaria anual, fue respaldado por los principales líderes en la conferencia económica que se celebró a mediados de diciembre.
Se espera que los datos publicados este mes muestren que la economía china creció alrededor del 6.6 por ciento en 2018, la tasa más débil desde 1990. Los analistas pronostican una mayor pérdida de impulso este año antes de que comiencen a surtir efecto las medidas de apoyo a la economía.
«Es muy difícil que el crecimiento supere el 6.5 por ciento (este año), y podría haber problemas si el crecimiento cae por debajo del 6.0 por ciento», dijo una fuente que solicitó el anonimato debido a la sensibilidad del asunto.
En este contexto de ralentización de la segunda mayor economía del mundo, los principales dirigentes del país observan atentamente los niveles de empleo, ya que las fábricas podrían verse obligadas a prescindir de trabajadores en medio de la guerra comercial con Estados Unidos, a pesar de la mayor resistencia del sector servicios, dijeron fuentes conocedoras del proceso.
Se necesita un crecimiento de alrededor del 6.2 por ciento en los próximos dos años para cumplir con el objetivo del gobernante Partido Comunista de duplicar el Producto Interior Bruto (PIB) y los ingresos en la década, hasta 2020, y convertir a China en una nación «modestamente próspera».