República Dominicana

0

Quise cantar mi desventura impía y airado el numen se negó a mi intento, quise gritar y en mi garganta, opreso el jpdcanto se trocó en lamento” fragmento, J.P. Duarte (Padre de la República Dominicana)

Dentro de las maravillas del Internet está el rompimiento de las fronteras, la información fluye libre y nos llega a todos, en algunos casos como ríos caudalosos y en otros como manantiales, otrora, ávidos de noticias, dábamos por cierto lo que leíamos en los periódicos, las revistas y teníamos preferencia por algunos comunicadores, que por su tono, sus gestos, su energía, nos complacían hasta el paroxismo mientras les escuchábamos. Rompían paradigmas, épocas románticas, seguidores del legendario John Reed y su legado (no ofrecían noticias, eran parte de ellas).

República Dominicana, como cualquier otro país, tiene su historia (plasmada en su himno nacional), sus grandes hombres, sus precursores, Juan Pablo Duarte, nombre egregio de un personaje forjador de la nacionalidad, con un desprendimiento único, parangón de la historia americana; todavía espera por nuestra redención. Por los avatares de su existencia, ocupa dos tercios de una pequeña isla que comparte con el también sufrido pueblo haitiano, de orígenes, costumbres, historia e idioma diferentes. La causa común de la existencia: satisfacer las codicia de los colonizadores y sus émulos para adueñarse de las riquezas de nuestras tierras.

Los hoy dominicanos, reciclados de los indígenas aborígenes y los colonizadores españoles, en tanto los hoy obreros cañahaitianos, traídos a las cercanías desde África,  por los rivales con patente de corso, de España, investidos como esclavos y luego abandonados a su suerte, mostrando firmemente su dignidad, fue el primer país del mundo en abolir la esclavitud. Por las consabidas diferencias de nuestros orígenes, compartir la isla ha conllevado sacrificios de parte y parte en toda nuestra historia.  Las grandes potencias económicas mundiales en vez de prohijar un desarrollo sostenible e igualitario han azuzado las diferencias, como consecuencia Haití ha tenido un menor crecimiento económico y hoy día es de las naciones más empobrecidas del mundo.

Dicha diferencia económica ha hecho que los haitianos sientan en República Dominicana la tierra de promisión, como los dominicanos que a riesgo de sus vidas se han trasladado en “yolas” a Puerto Rico, igual en cualquier frontera donde primen las mismas circunstancias, Bolivia-Chile, Nicaragua-(Costa Rica)-Panamá, México-USA, África-Europa, etc.  Sin tener a mano un estudio científico o no que lo avale, considerando el nivel económico y poblacional de cada país, la carga de inmigrantes es mayor para República dominicana que para cualquier otro, reto a los investigadores a desmentirlo. La solidaridad mostrada tradicionalmente como nación ha sido reconocida internacionalmente a pesar de las mezquindades de los oportunistas que a base de un discurso de integración solo consiguen ahondar las desigualdades.

Recientemente, el Tribunal Constitucional de la República Dominicana ha dictado la sentencia TC/0168/13 sentando jurisprudencia en materia de migración que afecta directamente la relación dominico-haitiana, que en vez de haber causado el revuelo internacional en su contra, ha de servir para el efecto que fue incoada: legalizar la desconocida cantidad de haitianos que por razones históricas, políticas o económicas han permanecido o que hayan nacido en territorio dominicano. Las voces en contra, tanto de algunos dominicanos como organismos internacionales que propugnan por la entrega de la nacionalidad de golpe y porrazo, debieran estar de pláceme, con que se cuenta con leyes para la normalización en dicha materia. Los mismos gobernantes haitianos, con su aparato diplomático dispuesto para agredir la soberanía de una nación solidaria, no hacen más que dividir los sentimientos de dos pueblos que por su vecindad necesitan la convivencia organizada. Eso debe quedar claro, una cosa es el gobierno y otra sus ciudadanos.

Los nacionales haitianos que califiquen y deseen agenciarse la nacionalidad dominicana, cuentan con la normativa para hacerlo, los sentimientos son personales, nunca han sido ni serán “apátridas”  y a pesar de que la constitución de Haití establece en su ARTÍCULO 11. Posee la nacionalidad haitiana todo individuo nacido de padre haitiano o de madre haitiana, los cuales hayan nacido haitianos que no hayan renunciado a su nacionalidad al momento de su nacimiento ,  sólo desde mediado de junio del año pasado es que han sido autorizados a obtener una segunda nacionalidad.

La República Dominicana ha sido prodiga con los inmigrantes, ciudadanos de más de 60 naciones han optado por la Aeropuerto de Samannaturalización, 2000 en los últimos 5 años, de los cuales sólo 25 habían sido haitianos, hablaremos sobre este proceso en otra publicación.

Es evidente una campaña dañina propagada por las naciones poderosas para hacer cargar a República Dominicana con una responsabilidad por encima de sus posibilidades y acaecida por las políticas segregacionistas que ellos mismos promovieron.

Recordemos a Jacques Viau Renaud, poeta,  nacido en Puerto Príncipe, Haití en julio de 1942 y combatiente constitucionalista dominicano, muerto por las huestes invasoras norteamericanas en junio de 1965, con apenas 23 años de edad, con estos fragmentos de su obra: “Nada permanece tanto como el llanto

 “no ha sido posible contener el llanto./ Aún permanece la bestia en el trono./Aún se quiebran las rodillas bajo el jvrsol/ y la prole no adivina que la morada es suya”

“Todo ha sido falseado por los hombres de odio abundante/ todo ha sido traducido en llantos”

“Cumplimos una jornada que empezó antes que nosotros y que no concluirá con nosotros. El hombre camina amasando con caliche la palabra redentora…”

Desde MundoOffshore , la plataforma que le lleva al camino de su libertad, “y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” Juan 8:32

Homer Q. Eiden

Contáctenos y solicite una consulta personalizada y gratuita acerca de todos nuestros servicios

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.

Proteja su legado con nuestros
Programas de ciudadanía por
Inversión
Solicite una consulta
ENVIAR
 Haz tu vida mejor 
Suscribir
SUSCRÍBASE AHORA