Ciudadanía por inversión – ¿Qué sucederá en 10 años?

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¿Va a solicitar la ciudadanía por inversión pero ha decidido esperar un tiempo al observar los cambios activos en el mercado relevante? El siguiente pronóstico a largo plazo le ayudará a comprender si vale la pena esperar o si debe comenzar a actuar ahora. Siga leyendo y descubrirá qué pasará con el mercado de servicios de ciudadanía por inversión en 10 años.

Hace diez años, los programas de inmigración de la categoría «ciudadanía por inversión» generaban una demanda relativamente baja y eran de interés para un número limitado de personas: principalmente para empresarios internacionales progresivos e inversores aventureros.

Pero en los últimos años, la industria se ha fortalecido y alcanzado su apogeo. En la actualidad, dicha industria se está desarrollando a una velocidad inimaginable, dando lugar a nuevos programas que aparecen cada año.

Miles de solicitantes, con la ayuda de cientos de compañías de inmigración, pasan todos los años por programas de «ciudadanía por inversión» en todo el mundo. Asimismo, dichos programas no son estáticos sino que están en constante proceso de cambio y renovación.

Pero, ¿qué pasará en la próxima década? ¿Continuarán fortaleciéndose las tendencias para aumentar el número de programas y su popularidad, o veremos un cierre masivo de la opción de «ciudadanía por inversión»? ¿Cuáles son los factores que estimulan el crecimiento del sector y cuáles son capaces de ralentizarlo? ¿Qué cambios podemos esperar en términos de la calidad de los pasaportes y los precios en los programas y dónde exactamente podemos esperar la aparición de nuevos programas?

A continuación, presentamos una compilación de argumentos y hechos actuales, los cuales dan fe de la fortaleza de esta industria, y a su vez pronostican un futuro exitoso para la misma.

Mercado de servicios para el trámite de pasaportes para inversores

El programa de ciudadanía por inversión de San Cristóbal y Nieves, fue durante décadas el primer y único mecanismo de inmigración, formal y legal, para los inversores deseosos de conseguir un pasaporte en el extranjero de forma rápida y sencilla mediante una inversión. Este esquema de inmigración se ha ganado una excelente reputación entre los inversores de los países postsoviéticos. De hecho, atrajo la atención de importantes hombres de negocios rusos, incluidos los creadores de la popular red social VKontakte, la cual es el equivalente a Facebook en Rusia.

Hasta la fecha, el plan de inmigración en cuestión ha ayudado a adquirir un pasaporte alternativo y una nueva ciudadanía en el extranjero a más de 10.000 extranjeros de todo el mundo, ofreciéndoles, entre otras cosas, la «ciudadanía por inversión» más rápida del mundo.

Sin embargo, al final de la última década, muchos otros países del Caribe se dieron cuenta del interés de los inversores en adquirir pasaportes, creando así, por primera vez en la historia, un mercado global completo de servicios para el registro de la ciudadanía económica. Uno de estos esquemas fue el programa de inmigración de Granada, que es el más rentable para los inversores en bienes raíces.

No tiene sentido negarlo: los pasaportes están a la venta. Un pasaporte es una mercancía. Al mismo tiempo, el hecho mismo de la transformación de la ciudadanía en objeto de transacciones de compra y venta perjudica a los dictadores y obliga a los gobiernos de todo el mundo a escuchar con más sensibilidad las solicitudes de ciudadanos comunes y a estudiar más activamente las necesidades de la gente común.

Sí, muchos escépticos y críticos nacionalistas pueden llamarlo un sacrilegio y afirmar que la ciudadanía no puede considerarse un simple bien económico. Pero la realidad es que ahora la solicitud de la ciudadanía está sujeta a las mismas fuerzas del mercado que regulan la interacción de compradores, productores y usuarios de lavadoras o inquilinos de casas de varias plantas así como a la empresa que repara ascensores en rascacielos residenciales. Estamos hablando de fuerzas del mercado como la oferta y la demanda.

En la última década, las curvas de oferta y demanda en el mercado de servicios de emisión de pasaportes aumentaron significativamente: una ola de inversionistas exitosos de países donantes no muy prósperos (y con una economía aun en desarrollo) se ha «lanzado a las costas» de un número creciente de países receptores, los cuales desean atraer inversión extranjera directa para así aumentar los ingresos del estado. Gracias al acceso al mercado mundial por parte de estos países caribeños, dicho mercado creció significativamente en términos de recaudación y podría decirse que ha «madurado».

¿Pero, cuál es el pronóstico para el mercado de «ciudadanía por inversión» dentro de diez años? ¿Crecerá, se estancará o sufrirá una disminución en la demanda?

Según los expertos, es muy probable que crezca y la probabilidad de recesión es pequeña. El establecimiento y la preservación del status quo es casi inconcebible. Esto se prevé porque los mercados en los cuales participan muchos actores siempre están en movimiento. Veamos qué factores estimulan el crecimiento del mercado en cuestión y cuáles pueden dificultarlo.

“La transformación de la ciudadanía en objeto de transacciones, obliga a los gobiernos de todo el mundo a escuchar con más sensibilidad las solicitudes de ciudadanos comunes”.

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Factores que pueden cuestionar la existencia del mercado de servicios para la emisión de pasaportes por inversión

En los años setenta y ochenta del siglo pasado, muchos países miembros de la OCDE se embarcaron en un plan traicionero para apoderarse de la riqueza de sus ciudadanos más productivos, forzándolos a pagar una parte cada vez mayor de sus ingresos al presupuesto estatal en forma de impuestos y, gracias a los mismos impuestos, conduciendo a una confiscación parcial o incluso expropiación de bienes heredados por ciudadanos ricos.

Estos estados querían «exprimir» a las personas más exitosas con impunidad. Y habrían logrado el resultado deseado, sin obstáculos en su camino, si las pequeñas jurisdicciones no hubieran ingresado al juego agresivamente ofreciendo tasas impositivas cero, la apertura simplificada de cuentas bancarias y la formación de compañías en dos días.

Actualmente, los estados occidentales desarrollados ubicados en Europa y América del Norte, intentan imponer su voluntad a otros países con el pretexto de «armonizar» las tasas impositivas en todo el mundo. Es decir, ejercen presión sobre los países más pequeños y menos adinerados o influyentes, para así evitar el desvío de sus contribuyentes y continuar exprimiendo a sus ciudadanos.

Pero países como San Cristóbal y Nieves o Vanuatu, simplemente continúan «doblando la apuesta». Ahora que estas jurisdicciones ofrecen a los extranjeros un permiso de residencia y/o ciudadanía por inversión, lo que simplifica el proceso de registro de residencia fiscal, resulta más difícil para los gobiernos de los países occidentales encontrar formas efectivas de prevenir fugas de capital. Como consecuencia, la pérdida de contribuyentes se ha convertido en un problema aún más acuciante para los políticos europeos y norteamericanos.

Desafortunadamente, los estados poderosos e influyentes del bloque occidental poseen muchas herramientas de disuasión que pueden usarse, entre otras cosas, para frustrar el desarrollo de la industria de servicios de ciudadanía por inversión.

En particular, utilizan los medios autorizados como una palanca de presión con la cual insinuar la supuesta deshonestidad de los gobiernos de países que poseen esquemas de «ciudadanía por inversión». En algunos casos, los insultos banales se convierten en amenazas evidentes, y finalmente en imposición de sanciones tangibles.

Occidente también utiliza instrumentos de presión más sofisticados, como la retirada unilateral de los acuerdos de viaje sin visado con los países que poseen programas de ciudadanía por inversión y/o regímenes fiscales más flexibles. Como consecuencia, se reduce el valor agregado de la ciudadanía de dichos países.

Por ejemplo, a principios del año pasado, el popular programa de televisión “60 Minutes” en el canal progubernamental estadounidense CBS, publicó una historia sobre los programas de ciudadanía por inversión. Los periodistas utilizaron las tácticas de demonizar sin fundamento a los países con esquemas de «ciudadanía por inversión», citando frases como «una posible amenaza para la seguridad nacional», lo cual no se demuestra con ninguna evidencia real. Estos argumentos se basan en acusaciones infundadas.

Además, las amenazas insidiosas de los funcionarios aparecen en los países de Europa cada vez con más frecuencia: “Creo que la Comisión Europea necesita estudiar más detalladamente el sistema de emisión de pasaportes por inversión en el país ‘X’, podría ser que (dicho programa) afecte la seguridad en el país ‘X’ con acceso a Schengen”.

Los grandes y autoritarios países miembros de la OCDE que forman parte del bloque geopolítico occidental, también a veces amenazan en esta confrontación de manera más directa al agregar uno u otro país no deseado a la «lista negra,» o al revocar algunos privilegios como los tratados de visa free.

La presión externa de los gobiernos extranjeros, por supuesto, no es la única amenaza para los países con programas de «ciudadanía por inversión». En estos países, el electorado en sí tiene el derecho de finalizar este programa, pero solo si (el electorado) realmente lo quiere.

Los expertos no creen que esto vaya a suceder, pero la amenaza permanece. Después de todo, las críticas a estos programas resonarán del lado de los nacionalistas mientras sigan existiendo ciudadanos conservadores que perciban como algo inmoral, el hecho que la ciudadanía pueda intercambiarse por beneficios económicos (en este caso, por inversión).

Tal crítica es utilizada como instrumento por muchos partidos de oposición en la línea del populismo. Pero gracias a la política de apertura de los países receptores y de informar al electorado de la utilidad de tales programas, los nacionalistas tienen pocas posibilidades de derogarlo.

También existe la afirmación de que la cartelización y la fijación de precios entre países con programas existentes de «ciudadanía por inversión», especialmente en el Caribe, limitan el crecimiento de la industria. Pero los cárteles se destruyen en un momento en que la voluntad de al menos un miembro del cártel se rompe y él (dicho participante) entra en la transacción. Entonces, incluso si aparece un cártel de ese tipo, es poco probable que su existencia continúe durante un período significativo.

Por lo tanto, la única amenaza significativa para estos programas son las autoridades supranacionales y los gobiernos de países con altos impuestos, principalmente países de la OCDE, países de la UE, y los Estados Unidos. Siga leyendo y recibirá una explicación de por qué tal oposición es completamente superable.

Por qué el programa de «ciudadanía por inversión» continuará floreciendo

Los gobiernos, en todas partes y sin excepción, no quieren renunciar a flujos permanentes de ingresos. Esta afirmación es verdadera incluso en el caso de un cambio de poder en el país, cuando los antiguos opositores tienen acceso a las fuentes de los medios de sus predecesores.

Como ejemplo, podemos citar al país caribeño de San Cristóbal y Nieves, donde los ex opositores, después de llegar al poder, decidieron mantener el programa de «ciudadanía por inversión», el cual era objeto de acusaciones de estos mismos políticos hacia el anterior partido gobernante.

Además, existe un alto grado de probabilidad de que se mantenga el programa de ciudadanía por inversión (MIIP), independientemente del Partido Laborista local o de la oposición de los nacionalistas.

A pesar del deseo de cada lado de la confrontación política (más a menudo a manos de la oposición) de usar el programa de ciudadanía por inversión como un medio para reprochar periódicamente a la otra parte (generalmente al partido gobernante), ningún presidente del país con un PIB de 10 mil millones de dólares estadounidenses querrán abandona la inversión extranjera directa (IED) por casi $1 mil millones de dólares estadounidenses al año, atraídos por este programa.

Los fondos del MIIP son uno de los principales ingresos del Tesoro de Malta. El gobierno actual puede usar este dinero para el beneficio del estado receptor, sin permitir que nadie se olvide de la generosidad del partido gobernante antes del día de las elecciones. Esta herramienta también puede utilizarse para aumentar los indicadores económicos clave, como el PBI, que da a los gobiernos existentes motivos adicionales para jactarse, en general, bastante justificados.

En otras palabras, los intereses personales de varios gobiernos de países pequeños con programas de «ciudadanía por inversión», son un poderoso argumento a favor de la lucha contra la presión de los gobiernos occidentales, los cuales están perdiendo cada vez más contribuyentes.

Asimismo, Donald Trump, Angela Merkel o el líder de cualquier otro país occidental se sentirían contentos si estos programas dejaran de funcionar en las jurisdicciones de bajos impuestos.

Pero para Gaston Brown de Antigua (un país caribeño con un programa «ciudadanía por inversión»), esto significaría una reducción significativa en el presupuesto estatal y una pérdida de fondos, sin los cuales sería imposible financiar el desarrollo socioeconómico del país.

El presidente de los Estados Unidos puede tener algunas «cartas de triunfo» en la manga que le den la oportunidad de ganar, pero el primer ministro de Antigua tiene una poderosa motivación para no perder. Por lo tanto, estos programas no desaparecerán, al menos en un futuro cercano.

En cualquier mercado, la introducción de la competencia generalmente tiene un doble impacto: una reducción de precios y una mejora de la calidad. Por esta y por otras razones, el año pasado, Santa Lucía bajó el umbral de ingreso de los participantes de este programa a 100 mil dólares estadounidenses, haciendo que el pasaporte de su país sea el más asequible del mundo (junto con el pasaporte de Dominica).

Al mismo tiempo, otros países en el grupo del Caribe han aumentado sabiamente el valor agregado de sus pasaportes para los inversores mediante la celebración de acuerdos sin visado con una amplia variedad de jurisdicciones en todo el mundo.

Dado que esta opción de ciudadanía proporciona más o menos los mismos beneficios a los titulares de pasaportes de los países receptores, sus pasaportes son lo que los economistas llaman «productos sustitutos» con baja elasticidad de precio.

Y por lo tanto, ninguno de los expertos en inmigración se sorprenderá si el gobierno de la vecina San Vicente y las Granadinas (otro país del Caribe, que aún no tiene su propio programa de «ciudadanía por inversión») lanzan un plan similar, que ofrezca un pasaporte con un procesamiento más rápido y solicitudes simplificadas, o bien que establezca un precio de alrededor de 100.000 dólares estadounidenses para un solicitante.

Pero hasta ahora en San Vicente y las Granadinas no existe tal opción, y ​​los extranjeros deben recibir la ciudadanía local a través de la naturalización.

A pesar de las declaraciones contrarias a esto, se puede establecer un precio para la ciudadanía, y dicho importe eventualmente disminuirá. Los precios más bajos, en igualdad de condiciones, aumentarán la demanda. La creciente demanda, a su vez, conducirá a un aumento en el tiempo de procesamiento y, posiblemente, a un aumento en tarifas adicionales (por ejemplo, la tarifa mencionada anteriormente y recientemente presentada para el procesamiento acelerado de solicitudes en San Cristóbal), que aumentará la rentabilidad para los participantes del mercado.

Un mayor margen y nuevas oportunidades para minimizar el tiempo dedicado a las pruebas de fiabilidad del inversor, sin comprometer la calidad y la eficiencia, dará lugar a la aparición de nuevos programas de «ciudadanía por inversión». Y cada “recién llegado” ofrecerá un precio cada vez más atractivo y/o pasaportes cada vez más valiosos, con una velocidad de control y procesamiento de solicitudes cada vez mayor.

Si el objetivo de los “recién llegados” es asegurarse una participación significativa en el mercado mundial de servicios para la solicitud de «ciudadanía por inversión», cada nuevo programa debería exceder en cierta medida a los existentes, ofreciendo precios más bajos y/o mejores productos.

Esta espiral descendente en la fijación de precios y los tiempos de procesamiento, así como una tendencia ascendente en el valor agregado de los pasaportes, se formará hasta que la rentabilidad sea tan «insignificante» que para muchos países ingresar al mercado no será un paso económicamente justificado, debido a problemas con el diseño e implementación que estos programas conllevan. Pero en esta etapa, hay espacio más que suficiente para tomar distintas resoluciones.

Además, a diferencia de la situación que se observó hace varias décadas, la industria actualmente cuenta con cientos de empresas de inmigración y miles de profesionales interesados ​​en la prosperidad de la misma.

“Los fondos del Programa de Ciudadanía por Inversión son uno de los principales ingresos del Tesoro de muchos países pequeños, como por ejemplo Malta”.

 

¿Cuál será el mercado de servicios para la solicitud de pasaportes por inversión en 2028?

En los párrafos anteriores, hemos descripto las razones por las cuales los programas de «ciudadanía por inversión» seguirán creciendo. Ahora consideremos a qué punto llegará la industria en una década, y cuándo aparecerá la próxima generación de programas de ciudadanía por inversión.

No todos los países pueden ejecutar tales programas. Por analogía con otros mercados, en este caso existen ciertas barreras de entrada. Cada jurisdicción debe cumplir una serie de requisitos y cumplir ciertos criterios. El principal es el acceso sin visado al Schengen, una condición indispensable para el surgimiento de cualquier demanda significativa para este tipo de programas.

Entre las condiciones importantes pero no estrictamente necesarias, está el uso del inglés como idioma oficial en el país de acogida. Después de todo, el inglés es uno de los idiomas más hablados en el mundo, utilizado activamente en la comunidad empresarial y en los países desarrollados de Occidente. Pero el uso de otros idiomas comunes también es bienvenido.

Además, las garantías del 100 por ciento de los derechos de propiedad, la estabilidad política y los bajos impuestos son condiciones importantes. En el país de acogida, también debería haber una economía bastante pequeña, de modo que el programa de «ciudadanía por inversión» tenga un impacto significativo en ella. Como consecuencia, las autoridades del estado receptor realmente apreciarán esta opción y harán todo lo que esté a su alcance para aumentar el atractivo del plan y la satisfacción de sus participantes.

Muchos países en el Caribe cumplen con esta descripción. Y esto es relevante para aquellos países de la región que aún no tienen su propio programa dentro de la categoría «ciudadanía por inversión». ¿Hay alguna razón por la cual otros países de la región (por ejemplo, San Vicente y las Granadinas, Trinidad y Tobago, las Bahamas o Barbados) no puedan lanzar sus propios esquemas de «ciudadanía por inversión»? En opinión de los expertos, si existen tales razones, pronto pueden retroceder a un segundo plano, dando paso a argumentos poderosos a favor del lanzamiento de estos programas.

La Comunidad del Caribe (CARICOM, que es el análogo de la Unión Europea) incluye trece países miembros, la mayoría de los cuales, de acuerdo con analistas independientes, reclamarán su propia participación en el mercado mundial de programas de “ciudadanía por inversión”.

¿Qué hay de Europa? A pesar de la ausencia de detalles, hay rumores sobre el próximo lanzamiento del programa montenegrino de «ciudadanía por inversión». Y varias compañías de inmigración supuestamente compiten por la concesión (el estado de un socio exclusivo / proveedor de servicios para acompañar a los participantes en el plan). A pesar de que las negociaciones sobre la adhesión de Montenegro a la UE todavía están en curso, este país ya tiene acceso sin visado a Schengen y a Rusia.

Si Montenegro puede lanzar el programa de «ciudadanía por inversión», ¿por qué otros países balcánicos fuera de la UE (por ejemplo, Serbia, Bosnia, Albania y Macedonia) no pueden seguir los pasos del estado vecino? Todos ellos ofrecen pasaportes que garantizan la entrada sin visado a Schengen, y todos ellos se beneficiarán al atraer hacia sí, dinero adicional del extranjero.

Además, hay varios estados insulares en el vasto océano Pacífico que, gracias a la historia común de la colonización británica, tienen los derechos y privilegios similares a los que habitualmente se encuentran a disposición para los ciudadanos de los países insulares del Caribe.

Por lo tanto, uno de estos países del Pacífico, Vanuatu, ya cuenta con un programa el cual es muy similar a la «ciudadanía por inversión» de los países del Caribe. Asimismo, los expertos en inmigración no ven ningún contraargumento significativo para que Micronesia y Kiribati vayan en la misma dirección en un futuro no muy lejano.

¿Y qué hay de los programas en otros estados miembros de la UE que competirán con Malta y Chipre? Los países bálticos, que forman parte de la Unión Europea, se caracterizan por tener un entorno político y una economía lo suficientemente estables para que los inversores extranjeros se conviertan en ciudadanos.

Además, todos estos países son lo suficientemente pequeños como para que programas de este tipo puedan realmente influir en su economía. En la UE hay dos monopolios (Malta y Chipre), que se aprovechan de la situación y dictan precios irrazonablemente altos, ofreciendo ventajas similares. Sin embargo, ¿qué impedirá a Estonia ofrecer el registro de la ciudadanía de la UE en tres o cuatro meses, un 25% más barato que Malta?

Como dicen los expertos independientes, hay al menos tres decenas de países diseminados por todo el mundo que pueden lanzar fácilmente este programa en su jurisdicción. En este caso, muchos países en los que tales planes ya operan, podrían ofrecer pasaportes con descuento.

Pasemos a los pronósticos concretos. El pronóstico de consenso de los expertos en inmigración encuestados nos sugiere que en 2028 seremos testigos de la aparición de dos o incluso tres nuevos programas de «ciudadanía por inversión» en el Caribe, un plan similar en el océano Pacífico, un par en los Balcanes, y al menos otro entre los países de la UE (si es que esta “desvencijada” unión durará otra década).

Los analistas también pronosticaron que los «precios de pasaportes», en todas las direcciones, pero especialmente en la UE, donde el margen ahora es bastante alto, seguirán disminuyendo debido a la aparición de nuevos programas. Además, los requisitos para los solicitantes serán menos estrictos, los procedimientos serán más fáciles y se reducirá el tiempo de procesamiento para las aplicaciones.

Los burócratas, especialmente el Ministerio de Finanzas y el Ministerio de Impuestos y Tasas en los países anfitriones, continuarán «expresando su preocupación» por la solidez de los programas de «ciudadanía por inversión». Se harán eco de una minoría nacionalista entre los residentes locales, expresando conjeturas vagas sobre las «consecuencias negativas de la práctica de vender pasaportes» que amenazan a los países de acogida, pero nadie les prestará atención.

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