Cualquier persona con un patrimonio neto moderado o grande debería beneficiarse con la protección offshore de sus activos. Pero esta estrategia será de especial interés para los que trabajan en profesiones donde hay un alto riesgo de litigios – por ejemplo los médicos, dentistas, quiroprácticos, veterinarios, abogados, empresarios y gestores de inversión, ¡por nombrar sólo algunos!
Hay un número creciente de demandas legales (especialmente en los EE.UU., Reino Unido y Canadá, pero ahora se está volviendo un fenómeno mundial, también en España y América Latina), en las que el demandado es usado como blanco no por su culpabilidad, sino por su capacidad de pago. Las personas en esta categoría de «bolsillo profundo» se arriesgan a perderlo todo si no ponen las medidas de protección apropiadas.
Un ejemplo concreto: a un paciente se le prescribieron drogas que pueden causar somnolencia, fue advertido de no conducir, pero lo hizo de todos modos y estrelló el vehículo, causando lesiones graves a un tercero. ¿Adivina quién resulta demandado? Así es, el médico. A pesar de haber advertido al paciente de los peligros, él debería haber sabido que el otro podía haber conducido bajo la influencia y provocar lesiones graves. Por lo tanto no debería haber prescrito esos medicamentos.
No se trata de quién tiene la culpa, sino de ¡quién puede pagar más! Si sus activos son obvios y fácilmente visibles, Usted será un blanco fácil.
Y no son sólo médicos los que están expuestos a este tipo de cosas. Cualquier persona de las profesiones mencionadas anteriormente, o simplemente alguien con patrimonio neto importante, podría encontrarse él mismo implicado en una demanda sin sentido.
¿Lo protegerá un Seguro de Responsabilidad Civil? Es posible, pero con un costo. Pero podría no cubrir todo el riesgo con la póliza.
Las estrategias de protección de activos, trabajan básicamente, haciendo que los activos de una persona no estén fácilmente disponibles o recuperables, (poco atractivos) en caso de un procedimiento judicial contra ellos, por empleados, clientes, pacientes, familiares u otros.
Las empresas y fideicomisos offshore pueden utilizarse por separado o en conjunto con fines de protección de activos (por lo general, en relación con la cuenta bancaria offshore). En un acuerdo de fideicomiso, el fideicomitente (quien transfiere activos al fideicomiso) legalmente da el control de sus bienes a un fideicomisario(s), que gestiona y controla éstos en favor de un beneficiario o beneficiarios (entre los que puede estar el mismo fideicomitente). Aunque usualmente es el fideicomitente quien acompaña una carta de intención que detalla cómo desea que el dinero sea administrado y distribuido, es el administrador quien tiene el control legal sobre los activos.
Con el fin de garantizar una protección eficaz de los activos offshore, entonces, es necesario establecer la empresa en una jurisdicción con una legislación eficaz de privacidad de empresas internacionales, sólidas leyes de secreto bancario, y leyes modernas de Fideicomiso. La isla caribeña de Nevis, por ejemplo, tiene una de las estructuras de protección de activos mejor pensadas del mundo en sus códigos estatutarios.
Nota importante: la protección de activos no es algo que se puede poner en marcha cuando hay acciones legales inminentes o ya en curso. Cualquier intento de transferir los activos bajo estas circunstancias sería considerado fraudulento. Sin embargo, una estructura de protección de activos bien diseñada, establecida de antemano, puede resultar en una herramienta muy eficaz para proteger tanto la riqueza como la privacidad.
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