Para aprovechar al máximo las ventajas que le pueden ofrecer una empresa, una cuenta bancaria u otros instrumentos offshore, es muy importante saber elegir bien la jurisdicción más conveniente. En este sentido mucho va a depender de las expectativas específicas, las posibilidades y la orientación del negocio de cada cliente.
Las diferencias entre jurisdicciones pueden ser desde mínimas hasta muy notables. Sin embargo, se pueden identificar las características que serían relevantes para cualquier negocio: la primera es la estabilidad (¿que tan estable, tanto política como economicamente hablando, está la jurisdicción que Usted está considerando?) y la segunda – la legislación (¿ha pasado la prueba del tiempo y es justa la legislación de esta jurisdicción particular?) No hay que enfocarse solo en el nivel económico o en el desarrollo del sistema financiero del país que elija. Hemos visto muchos casos en los que en situaciones de crisis los gobiernos han expropiado los bienes de empresas extranjeras, eso sin mencionar los problemas que puede traer un gobierno corrupto.
Por lo tanto, recomendamos empezar la búsqueda de su puerto ideal con el anáisis de algunos indicadores, uno de ellos – la deuda pública del estado. ¿Qué tan grande es esa deuda (si existe)? Algo que permitirá reconocer que un país produce más de lo que consume, es el superavit presupuestario. Sabemos que la crisis económica del 2008 hizo tambalear muchas economías del mundo, pero es muy importante entender como van las cosas particularmente en el país que elija.
Otra pregunta clave sería: ¿qué tan eficiente es el sistema judicial del estado? Es necesario ver si, en caso de que se requiera, Usted y su negocio recibirían un trato justo. En este aspecto el factor decisivo podría ser el nivel de la corrupción. Veamos un ejemplo. Las empresas offshore de la isla de Nevis (San Cristobal y Nieves) se constituyen bajo los reglamentos basados en el Derecho Inglés.
Entonces resulta muy importante saber cuales jurisdicciones reconocen los decretos o sentencias emitidas en el extranjero, especialmente cuando se está considerando la protección de sus activos. Lo anterior es una práctica común en Europa; así, una sentencia emitida en Alemania será reconocida en Austria sin ningún problema, pero no lo será en Nevis. Obviamente, nadie planea involucrarse en un juicio, pero hay que estar preparado, en caso de que la buena suerte le de la espalda.
Otro punto importante a considerar sería ver qué tan estrecha es la relación entre su país de origen y la jurisdicción offshore que elija. Si Usted es un residente fiscal del Reino Unido, las jurisdicciones como Islas Vírgenes Británicas o Islas Caimán podrían causar una mala impresión desde el inicio. La revelación de los datos personales de residentes británicos que puedan ser propietarios beneficiarios de empresas y fondos offshore ha sido una cuestión de principio para las autoridades de Reino Unido desde hace varios años. Como resultado, ya se ha conseguido el acceso al registro de empresas británicas, junto con algunas modificaciones de las leyes de las jurisdicciones correspondientes.
Es cierto que éstas no se han adherido todavía a la apertura del registro de beneficiarios impuesto por Gran Bretaña, pero ya tienen la obligación de revelar los datos correspondientes ante la petición del Departamento del Tesoro de su Majestad. Lo que preocupa más todavía, es que ahora legalmente las administraciones tributarias no informarán a los beneficiarios cuando exista una investigación en su contra con colaboración de las autoridades tributarias de las jurisdicciones mencionadas.
Cabe señalar que mientras más activos uno traslade ahí, más relevante se vuelve la cuestión de la legislación de cada jurisdicción. Al igual que sus sistemas de seguridad. Es decir, la empresa Google no estará resguardando sus derechos de propiedad intelectual en Costa Rica, en primer lugar, porque eso puede llamar la atención, y hasta resultar en un pleito judicial, sin mencionar que sería poco prudente tener un bien tan valioso en un país corrupto con un sistema judicial bastante deficiente.
Incluso, muchos siguen confiando en la seguridad de las Islas Vírgenes o Caimán, a pesar de la falta de confidencialidad que ahora las caracteriza, porque estas jurisdicciones le ofrecen un sistema judicial fuerte y eficaz. No obstante, aquellos que se preocupan por la integridad de sus datos voltean la mirada hacia Nevis, Belice o Panamá.
Hay que reconocer que hoy en día no existe ninguna jurisdicción con un ambiente ideal para negocios, sin embargo, muchas veces eso ya no depende tanto de la legislación, sino mas bien de factores macroeconómicos. FATCA, BEPS, FATF, el intercambio automático de la OCDE, el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, todos ellos se han convertido en una verdadera pesadilla para muchos territorios offshore y de baja imposición fiscal.
Ahora bien, para entender que tan conveniente sea una u otra opción, también debemos tomar como referencia la reputación actual de cada jurisdicción específica. Por ejemplo, Seychelles por mucho tiempo había ofrecido condiciones muy atractivas para el ahorro fiscal y constitución de negocios offshore. Sin embargo, con el paso del tiempo se convirtió en un territorio demasiado popular, donde todo el mundo creaba todo tipo de empresas, incluso para ocultar ingresos ilícitos y lavado de dinero. En consecuencia, la jurisdicción se tuvo que adherir al modelo de la OCDE de intercambio automático de información financiera desde el 2015 (siendo una de las primeras), con la esperanza de que ese paso pudiera alertar a los principales blanqueadores de capitales.
Aunque Seychelles solo es uno de los múltiples ejemplos de la importancia de reputación. De igual forma, a la hora de querer abrir una cuenta en un banco serio, la jurisdicción de su negocio puede hacer la diferencia. Si su empresa esta constituida, por ejemplo, en Vanuatu (el país etiquetado por la FATF como un estado corrupto que financia el terrorismo), difícilmente podrá tener una cuenta bancaria en alguna institución de prestigio.
Existe también una cierta influencia regional. Es decir, teniendo una empresa en las Islas Marshall será más fácil abrir una cuenta en uno de los bancos de Singapur que en uno de Suiza. Tampoco hay que descuidar el factor de la reputación después de abrir la cuenta, porque en caso de manejar transacciones sospechosas seguramente tendrá problemas con el banco.
En resumen, las jurisdicciones con mejor reputación actualmente son Singapur, Hong Kong y Labuán, junto con las clásicas, Belice, Panamá y Nevis.
Un punto más que hay que considerar antes de elegir su jurisdicción perfecta son los convenios firmados para evitar la doble tributación. Estos serían muy relevantes si Usted tiene un negocio online viviendo en un país con impuestos altos. Al registrar su empresa en un territorio que tiene firmado el convenio, Usted podrá reducir de manera significativa el impuesto que deba pagar por royalties. Además, en caso de negocios tradicionales, será posible aprovechar las exenciones fiscales, por ejemplo, la reducción del ISR.
Todas estas y otras posibles ventajas que le ofrece cada jurisdicción particular, serán la base de un sólido plan de ahorro fiscal.
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