Con el objetivo de promover políticas económicas que mejoren el desarrollo y bienestar de la población mundial, G-20 y OCDE son dos organismos internacionales de los cuales la OCDE funge como uno de los principales contribuidores para impulsar iniciativas y temas para el foro de cooperación internacional que representa el G-20. Su relación es sumamente estrecha, sin embargo, existen algunas precisiones que ayudarán a conocer bien el papel de ambos.
Relación entre la OCDE y el G-20
Fundada en 1961, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico es un foro que reúne a los países con mayor desarrollo en el planeta, que hasta el 2007 representaba el 60% del mercado y el 70% del producto internacional bruto. Dada su importancia en términos de desarrollo global, OCDE aborda un gran numero de temas de relevancia, y colabora activamente con distintas organizaciones internacionales dedicadas a ciencia y tecnología, cohesión social, desarrollo, comercio, educación, asuntos fiscales, etc. Entre las principales organizaciones se encuentra el Grupo de los 20.
Por otro lado, el Grupo de los 20, es un foro internacional formado por 20 países entre los cuales figura la Unión Europea creado en 1999, y representado por los jefes de estado de cada país miembro, así como ministros de finanzas y bancos centrales. Constituido por los siete países más industrializados, la Unión Europea y once países en vías de desarrollo, donde se incluyen a Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, China, Corea del Sur, India, Indonesia, México, Sudáfrica y Turquía.
La colaboración entre ambos organismos es constante, como representante de los países más desarrollados en el mundo, la OCDE funge para el G-20 como un ente que determina las prioridades Financieras y políticas de desarrollo, y que en cuestión son abordadas desde las reuniones anuales celebradas en distintas cedes según el país que ocupe la presidencia del grupo.
OCDE y G-20 contra los excesos fiscales
La cooperación de la OCDE con el G-20, ha sido un tema continuo desde el nacimiento del grupo en 1999, en la reunión anual que el grupo de los 20 celebro en San Petersburgo Rusia en 2013, solicitó a la OCDE proponer un plan de acción que pudiera contrarrestar la llamada erosión de bases imponibles y traslación de beneficios (BEPS por sus siglas en ingles).
Para el organismo, existe un sin numero de corporaciones y compañías multinacionales en todos los sectores que “montan complejos sistemas de ingeniería fiscal para trasladar sus beneficios a países con un tratamiento fiscal muy ventajoso” como resultado de esto, los impuestos que estas empresas pagan son bastante reducidos.
OCDE anunció además que para 2017 se instaurará un sistema homogéneo de intercambio de datos fiscales en por lo menos cuarenta estados, el objetivo según el organismo será que las compañías e industrias que obtienen beneficios en un país especifico, paguen impuestos acordes a los lineamientos fiscales del mismo.
En el documento de las siete recomendaciones que la OCDE presentó a solicitud del G-20 algunos de los puntos más destacados se centran en “la obligación de las empresas de informar sobre su negocio segregado por países” Donde será necesario que las corporaciones declaren ante la administración tributaria de cada país su información financiera; así como el “abuso de convenios” de doble imposición y los “Regímenes preferentes perjudiciales”.
Muchas de las medidas que la OCDE adoptará en materia fiscal, verán su resolución en 2015 y 2016, tiempo durante el cual, la organización se enfocará en identificar y definir el tratamiento fiscal para estos activos, además de convocar a los países suscritos a un acuerdo multilateral para que estas medidas sean aplicadas de forma simultánea.
Las siete recomendaciones de la OCDE al G-20
Como parte de la solicitud realizada por el Grupo de los 20 hacia la OCDE, en septiembre de 2014, el organismo internacional publicó un documento con siete recomendaciones cuyo enfoque internacional, ayudará a combatir la evasión fiscal por parte de las empresas multinacionales. OCDE llamó a este plan de acción, el “Proyecto BEPS”
El Proyecto BEPS fue diseñado para proveer a los gobiernos participes del G-20 y la OCDE herramientas internacionales coordinadas para combatir las diversas estrategias de evasión de impuestos que se articula en base a lagunas y debilidades en los sistemas de recaudación de algunos países para trasladar sus ganancias a lugares donde gozan de condiciones fiscales más favorables.
Publicado en septiembre de 2014, el informe de los siete BEPS, fue creado bajo el consenso de los 44 países miembros de la OCDE, del G-20 y aquellas naciones en proceso de adhesión. Cada uno de los 7 puntos de dicho documento se describe a continuación:
- Hacer frente a los desafíos fiscales de la economía digital.
- Garantizar mediante nuevas disposiciones fiscales la coherencia entre el impuesto sobre la renta de las empresas internacionales y la envergadura de cada una, neutralizando arreglos de desajuste híbrido.
- Anular cinco prácticas fiscales nocivas.
- Evitar el abuso de los convenios fiscales mediante la restauración de los acuerdos previstos por las normas internacionales.
- A través de acciones para homogeneizar los precios de transferencias, asegurar que estos tengan coherencia con el monto o valor.
- Transparentar los organismos de administración fiscal y aumentar la seguridad a través de la optimización de los documentos y precios de transferencia.
- Facilitar la rápida aplicación de acciones de BEPS a través de un informe sobre la viabilidad de crear un instrumento multilateral para regir los tratados fiscales.
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