En un artículo publicado recientemente sobre las criptomonedas, hemos llegado a las siguientes conclusiones:
- Definitivamente, Bitcoin no ha llegado a su fin.
- Una menor cantidad de mineros deriva en una disminución de las dificultades y costos para los que continúan trabajando en la plataforma.
- Bitcoin ofrece varias aplicaciones, de las cuales la más importante es el libre movimiento de fondos a escala global y sin recurrir a los bancos como intermediarios.
Bitcoin ofrece varias aplicaciones, de las cuales la más importante es el libre movimiento de fondos a escala global y sin recurrir a los bancos como intermediarios.
En esta esta ocasión presentaremos lo que hemos denominado como «El Eje Anti-cripto».
El eje se compone de tres dominios: 1) casi todos los bancos centrales del mundo; 2) la mayoría de los gobiernos y legislaturas; 3) las instituciones bancarias «demasiado grandes para quebrar». Y aunque el juego de palabras sea un poco divertido, estos actores masivos definitivamente no quieren que el sector cripto tenga éxito a menos que, por supuesto, ellos estén en control.
El control es, precisamente, el objetivo a alcanzar por parte de todos los protagonistas del eje. A pesar de que los medios de comunicación rara vez informan sobre esto, en el 2018 salieron a relucir varios artículos específicamente sobre la emisión de monedas digitales por parte del Banco Central. De hecho, a principios de ese mismo año el Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés) realizó una investigación y publicó una documentación técnica sobre este particular.
Sin duda, este tema de los “anti-cripto” será abordado a fondo en 2019 porque, sin lugar a dudas, los integrantes del eje no saben qué hacer con un sistema donde usted puede mover sus propios activos hacia y desde cualquier lugar, en cualquier momento, y sin pedir permiso.