Criptomonedas: La visión de Satoshi Nakamoto se hace realidad

El 31 de octubre del 2008, cuando la o las persona(s) conocida(s) como Satoshi Nakamoto publicaron el ahora famoso libro blanco de Bitcoin, su visión fue generar una ruptura en el sistema bancario y ofrecer un método de pago alternativo para miles de millones de personas que estaban (y aún están) no bancarizadas.

En el transcurso de diez años las criptomonedas han sido utilizadas como una inversión especulativa, con varios bandos disputándose las acciones del botín. La visión original ha sido bastante olvidada y se mantiene insatisfecha. Hoy en día las criptomonedas siguen usándose principalmente como un método rápido, barato y en gran medida no regulado para transferir fondos de persona a persona y de compañía a compañía.

La habilidad de hacer transacciones de persona a persona puede llegar a ser en vital para la riqueza y la salud. Mientras que en EE. UU. y Canadá la mayoría no reflexiona sobre la importancia de este tema, echemos una mirada a ejemplos de la vida real que están ocurriendo hoy en día donde la riqueza y la salud apenas existirían de ser por las criptomonedas.

Un ejemplo es  Venezuela. La mayoría de ustedes probablemente son conscientes del colapso total de la economía venezolana. Pero, ¿sabían que un segmento creciente de la población sobrevive gracias al uso de criptomonedas? Y no, no estamos hablando del “Petro”.

 Venezuela es rica en petróleo, con una reserva estimada de 77 mil millones de barriles de petróleo. Aun así, toda su economía está virtualmente desintegrada. Esto sucedió debido a una serie de factores incluida la nacionalización de toda la economía dentro de la cual se encuentran el petróleo, la agricultura, la banca, la energía, las telecomunicaciones, el hierro, el concreto y las compañías de construcción. Los ciudadanos recibían “gratis” asistencia médica y gasolina. También recibían importantes subsidios para alimento y vivienda. El milagro parecía funcionar. Hasta que dejó de hacerlo.

En 2013 el gobierno cambió y ya en 2014, el precio mundial del petróleo se desplomó. Estos eventos sumergieron a Venezuela en una profunda recesión pues no había más ingreso petrolero para pagar las cuentas. La respuesta del gobierno fue imprimir más dinero, lo que derivó en una inflación, desde el período 2014 al 2018, de hasta un millón por ciento.

Así como en la República de Weimar a principios de 1900, grandes sumas de dinero venezolano en efectivo no alcanzaban para comprar básicamente nada. Los precios de los enseres diarios estaban por las nubes, sobre todo la comida. El gobierno había acumulado una deuda enorme que ya no podía pagar. Luego, poco a poco, un nuevo método de pago empezó a tomar forma.

La mayoría de ustedes probablemente son conscientes del colapso total de la economía venezolana. Pero, ¿sabían que un segmento creciente de la población sobrevive gracias al uso de criptomonedas?

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Sin otra alternativa, los ciudadanos venezolanos comenzaron a hacerse cargo de sus propias vidas. Una de estas notables personas es Ohanian Alcalá. Ella es la líder de la organización llamada Dash Venezuela. Dash es una criptomoneda segura ampliamente conocida y utilizada en todo el mundo. Todo lo que necesitas para usarla es un teléfono celular y una cripto-billetera.

Bajo su liderazgo, Dash Venezuela estableció la misión de educar a la nación en cómo usar las criptomonedas, en este caso Dash, de persona a persona. Se desarrolló una página web donde, tanto empresas como individuos, podrían ofrecer, comprar y vender sus productos y servicios. Se organizaron reuniones tipo asambleas populares, al principio en Caracas y luego en otras ciudades importantes del país. Cada día se les enseñó a personas diferentes técnicas para utilizar la criptomoneda con sus teléfonos.

¿Qué se puede comprar con esta criptomoneda? Tickets de avión, servicios de taxi, equipos y servicios médicos de todo tipo. Otros bienes y servicios incluyen servicios legales y de bienes raíces.

Hoy día, en Venezuela, miles de personas están usando este sistema y cientos de comerciantes se han inscrito. De hecho, hay más empresas usando criptomonedas hoy en Venezuela que las que hay en los EE. UU. o en Canadá.

La conclusión es que la gente puede tener un impacto positivo en la catástrofe financiera y humanitaria que está ocurriendo en un amplio espectro de países. Una revolución social silenciosa suscitada por las criptomonedas y el blockchain está disminuyendo los efectos de la hiperinflación y la consecuente pobreza. Al usar criptomonedas como Bitcoin, Bitcoin Cash, Dash y otras, el individuo tiene poder sobre su dinero, no el gobierno ni los bancos.

Es imprescindible estar preparado. Esto podría suceder en los EE.UU. o Canadá, o en cualquier lugar del mundo occidental. Incluso grandes personalidades del ámbito financiero reconocen que tal escenario es posible.

 Esto puede parecer una historia de pesimismo y perdición, pero no lo es. Mundo Offshore recomienda prepararse para los momentos de crisis. Contáctenos ahora y solicite una consulta con nuestros especialistas en blockchain y criptodivisas.

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