Consecuencias fiscales de mudarse a los EE.UU.

A menos que exista un tratado tributario aplicable, las tasas impositivas estadounidenses tanto estatales como federales podrían llegar a un 40% de sus ingresos (no el impuesto corporativo del 21% que quizás ha escuchado en las noticias luego del histórico “Tax Cut” del presidente Trump). Estos factores son importantes para aquellos que deseen mudarse a los EE.UU.

Existen dos sistemas tributarios para los cuales es necesario prepararse:

-Impuesto sobre la renta de índole federal.

-Impuesto sobre transferencia de capital, sobre propiedades inmuebles, sobre sucesiones y donaciones, o sobre transferencias con salto generacional.

 Impuesto sobre la renta de índole federal

El impuesto federal de los EE.UU es un sistema de tributación a nivel global, lo que significa que los ciudadanos y/o residentes estadounidenses están sujetos al pago de impuestos sobre sus ingresos en cualquier parte del mundo. Esta es una diferencia muy grande con respecto a la mayoría de los países, en donde se usa un sistema tributario territorial, en el cual son gravables las ganancias generadas solo dentro de los límites del territorio nacional.

Transferencia de capital o Wealth Transfer Taxation

Como ya hemos visto en el caso anterior, los ciudadanos estadounidenses están sujetos al pago de impuestos sobre transferencias de riqueza a nivel global. El impuesto sobre la transferencia de capital  se divide a su vez en otros tres, a saber: impuesto sobre bienes inmobiliarios, sobre donaciones, o sobre transferencias con salto generacional.


Existen dos maneras de determinar la residencia fiscal en los EE.UU.

La definición de una estrategia fiscal pre-migratoria y  la fundación de un Fideicomiso adecuado, son medidas importantísimas.

Para los fines tributarios estadounidenses, un residente es una persona que cumple con uno de los siguientes requisitos: poseer una green card, o la presencia substancial o regla de los 183 días.

Una vez determinada la residencia fiscal mediante el uso de cualquiera de estos dos métodos, el individuo deberá pagar impuestos sobre sus ingresos y/o propiedades en cualquier parte del mundo.

A diferencia de las pruebas de residencia fiscal del impuesto federal, probar la residencia fiscal en el caso de impuesto sobre las propiedades o donaciones, es un asunto mucho más subjetivo.  La ley en este caso dice que un individuo adquiere domicilio legal en los Estados Unidos, solo con vivir en el territorio americano por un  periodo de tiempo sin “definida intención de salir del país”

En consecuencia, la residencia o domicilio fiscal en el territorio americano se define por la determinación de las intenciones de un individuo. Dada la diferencia entre ambos tipos de impuestos, es posible ser residente fiscal federal, sin ser un residente fiscal en relación a la transferencia de capital, y viceversa. Esto puede traer nefastas consecuencias, o bien puede ser utilizado para diseñar una conveniente estrategia tributaria.

Uno de los más grandes desafíos para aquellos que deseen mudarse a los EE.UU es el reporte de bienes extraterritoriales. Una vez catalogado como residente americano usted deberá declarar todas sus propiedades alrededor del mundo, tanto directas como indirectas, ante la IRS. Es por este motivo que la definición de una estrategia fiscal pre-migratoria y  la fundación de un Fideicomiso adecuado, son medidas importantísimas.

En conclusión, si usted está pensando en mudarse a los Estados Unidos asegúrese de establecer una estrategia adecuada, de lo contrario estará cometiendo un error irreparable.


Este artículo es cortesía de Lazaro J. Mur, Esq., asesor de Mundo offshore y  especialista en residencia fiscal en los Estados Unidos.

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