Desde que el Estándar Común de Reporte (CRS) entró en vigencia en 2017, las reglas del juego cambiaron para los empresarios que participan en negocios internacionales.
También quedó claro que se deberían desarrollar soluciones novedosas para poder cumplir con las nuevas reglas, puesto que para participar en el comercio internacional ya no es posible utilizar el esquema tradicional de empresas de paraísos fiscales.
En estas circunstancias, se ha prestado más atención a las jurisdicciones con mayor reputación comercial, en las que es posible establecer y operar compañías de manera remota. Entre estas se encuentra Singapur, como la primera opción a considerar.
Como es bien sabido, Singapur brinda un excelente entorno de negocios para los empresarios. Durante 10 años consecutivos (2007-2016), este país fue nombrado como el mejor lugar para hacer negocios y actualmente se ubica en la segunda posición.
A pesar de esto, hasta hace poco parecía que todas las ventajas del sistema estado-ciudad estaban disponibles solo para aquellos que decidieran establecer vínculos estrechos con la pequeña isla ubicada en el corazón del sudeste asiático. Sin embargo, una vez que entraron en vigencia las reglas antes mencionadas, cada vez más y más empresarios comenzaron a reconocer que el sistema corporativo de Singapur también es efectivo para desarrollar negocios internacionales.
Los aspectos claves de este sistema son los siguientes:
- Marco legal concebido con el más mínimo detalle;
- Sistema fiscal unitario que estimula el crecimiento económico;
- Sistema bancario sólido y seguro.
Singapur desarrolló su legislación corporativa basada en principios de derecho consuetudinario, heredado de su pasado como colonia británica. Para el establecimiento de un negocio, este enfoque legislativo presenta una fuerte dependencia con la iniciativa empresarial como principal factor de producción. En la práctica, esto significa que la voluntad del empresario es requisito suficiente para constituir una compañía, independientemente de la cantidad de dinero que posea inicialmente.
Se puede establecer una empresa singapurense con un capital pagado de tan solo un (1) Dólar de Singapur (SGD). El procedimiento para lograrlo también es muy sencillo y se puede realizar de forma remota, sin necesidad de viajar al país.
En Singapur también se permite el 100% de participación accionaria extranjera y, en la mayoría de los casos, un extranjero puede encontrar una compañía en este país mucho más rápido de lo que lo haría en su propio país.
Durante 10 años consecutivos (2007-2016), este país fue nombrado como el mejor lugar para hacer negocios y actualmente se ubica en la segunda posición.
El sistema tributario de Singapur también es sencillo. Existen dos impuestos corporativos principales, a saber:
– Impuesto sobre la renta de las sociedades (CIT, por sus siglas en inglés);
– Impuesto sobre bienes y servicios (GST, por sus siglas en inglés).
El CIT se aplica sobre los ingresos de origen singapurense y sobre aquellos de fuente extranjera pero que son recibidos en Singapur.
El GST es aplicable solo sobre las ventas locales que excedan 1 millón de dólares singapurenses (aproximadamente 750 000 USD) al año.
En otras palabras, las empresas de Singapur que participan en el comercio internacional, es decir, las que venden productos y servicios fuera de dicho país, pueden estar totalmente exentas de impuestos sobre los ingresos corporativos. Adicionalmente, el pago de impuestos en Singapur no es tan excesivo como en otros países con economías de mercado desarrolladas.
La tasa del CIT es del 17%, además presenta varios incentivos, por ejemplo:
- Se pueden deducir hasta 125 000 SGD de los ingresos imponibles cada año, en los primeros tres años de existencia de la compañía;
- Se pueden deducir hasta 102 500 SGD de los ingresos imponibles cada año, a partir del cuarto año de existencia de la compañía;
- El gobierno de Singapur otorga descuentos fiscales a las empresas por un monto de hasta el 50% de los impuestos pagaderos (con un límite de 20 000-30 000 SGD)
Gracias al sistema impositivo unitario, no existe retención fiscal sobre la distribución de beneficios a los accionistas de las compañías singapurenses, y los dividendos recibidos de fuentes locales están exentos de impuestos.
Los dividendos extranjeros también pueden estar libres de impuestos, sujeto a ciertos criterios.
El sistema bancario de Singapur constituye otro aspecto importante de este magnífico entorno para los negocios internacionales.
Singapur se encuentra actualmente entre los 5 mejores centros financieros globales y entre los mercados de divisas más grandes del mundo.
Con la calificación crediticia más alta en la región, Singapur no solo es un centro para las inversiones sino también para las transacciones bancarias. Los 3 bancos más importantes del país, DBS (Banco de Desarrollo de Singapur), OCBC (Corporación Bancaria Internacional China) y UOB (Banco Internacional Unido), se encuentran entre las instituciones más sólidas del mundo desde 2011, año en que Bloomberg comenzó a publicar dicha calificación.
Estos bancos también fueron galardonados con los títulos de »El Banco más Confiable en Asia», »El Mejor Banco de Asia», »El Mejor Banco Digital», »El Banco más Sólido de la ASEAN», »El Banco Asiático del Año», y muchos otros.
En resumen, actualmente la economía de Singapur no solo es sólida sino que también se encuentra en constante crecimiento. Su sistema empresarial es quizás el producto mejor desarrollado durante las cinco décadas de independencia del país. Ahora, las ventajas de dicho sistema están disponibles para todos los empresarios del mundo que depositan su confianza en la figura de la empresa singapurense para hacer negocios a escala global.
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